Respirar y hacer una pausa para acomodarse en medio de los problemas de la vida, es una herramienta útil para seguir adelante.

En tiempos donde las noticias, los ritmos laborales y las tensiones personales parecen no dar tregua, hablar de calma puede sonar casi como una utopía. Sin embargo, la psicóloga y coordinadora de Brahma Kumaris en Costa Rica, Marianne Lizana explicó en Café para el Alma que mantenerse calmado es una herramienta para atravesar las crisis con claridad y fortaleza interior.

“Cuando todo parece derrumbarse, el primer paso no es correr, sino detenerse”, afirma. Su experiencia de más de treinta años en la práctica de la meditación Raja Yoga le ha mostrado que la calma no se busca afuera, sino que se cultiva dentro. “La calma es un refugio. En medio del caos, regresar a ese espacio de silencio interno permite ver con claridad lo que sí puedo hacer y aceptar lo que no puedo cambiar”, enfatizó Lizana.

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Las crisis personales o colectivas; como las pérdidas, enfermedades, rupturas o dificultades económicas, pueden convertirse en maestras silenciosas. Lizana propuso mirarlas como parte de un ciclo natural de transformación. “Las crisis son transitorias. Pueden doler, pero también abren la posibilidad de conocernos mejor y descubrir capacidades que no sabíamos que teníamos”.

“La mente tiende a quedarse atrapada en el error o en la pregunta del porqué. Pero la calma nos ayuda a enfocar la energía en lo que es útil, en lo que puede hacerse ahora”- Marianne Lizana, Brahma Kumaris Costa Rica.

APRENDER DEL RITMO DE LA NATURALEZA

En la entrevista Lizana utilizó imágenes de la naturaleza para explicar el proceso de resiliencia por el que pasamos en estos casos. “El árbol crece hacia la luz, pero primero sus raíces bajan a lo oscuro. Ahí, en lo difícil, toma la fuerza para sostenerse. Así también nosotros: lo que parece una caída puede ser el inicio de un florecimiento”.

Lizana también compara los momentos difíciles con las estaciones: etapas para ser más activos y otras para hacer una parada en el camino. “En la vida también hay inviernos. Momentos para recogerse, para cuidar la energía, para no exigirnos tanto. Si entiendo que todo es un ciclo, sé que después del invierno viene la primavera”.

De acuerdo con Lizana con la calma no se niega el dolor, sino que se aprende a atravesarlo con conciencia. “Aceptar lo que pasó no es resignarse, es liberar la resistencia que genera sufrimiento. Desde el silencio mental, la mente se despeja y el corazón encuentra nuevas respuestas”.

A partir de esa mirada, Lizana resume tres claves esenciales para recuperar el equilibrio emocional durante una crisis:

Concentrarse en el presente. “Si me detengo y respiro, puedo observar cómo estoy y qué necesito ahora. La concentración me devuelve al centro”.
Cambiar el ritmo. “Cuando la vida se desordena, no puedo seguir igual. Necesito desacelerar, darme permiso para descansar y reconocer mis límites”.
Reconectarme con mis recursos personales. “Cuando todo afuera cambia, tengo que volver a lo que no cambia: mi fortaleza interior, mi fe, mis valores, y también mis redes de apoyo”.

VOLVER AL SILENCIO

En la práctica diaria, ese silencio puede cultivarse de muchas formas: caminando, respirando conscientemente, escribiendo o, como sugiere Lizana, a través de la meditación. “El silencio es un espacio donde el alma se recarga. Es como una batería que se conecta a la fuente y recupera su energía. Desde ahí surgen la serenidad y la claridad para actuar”.

“Antes de tomar una decisión importante, respire y busque la calma. Una decisión tomada desde el miedo será muy distinta a una tomada desde la serenidad” – Marianne Lizana, Brahma Kumaris Costa Rica.

En un mundo que constantemente empuja a reaccionar, volver a la calma puede ser un acto de resistencia y de amor propio. Como recuerda Lizana, “la vida continúa, y a veces lo que creemos que nos quita algo, en realidad nos está preparando para florecer”.