Según Estudio de Opinión Pública del CIEP-UCR, el oficialismo está lejos de su quimera de obtener 40 diputados. Solo el 7% votaría por PPSO para diputados, el mismo número que para el Frente Amplio. 70% de las personas siguen indecisas
El 6 de febrero del 2025, mientras el presidente Chaves inauguraba el curso lectivo en el Colegio Técnico Profesional de Educación Comercial y de Servicios, realizó un llamado a la población que se necesitaban 40 diputados en la próxima Asamblea Legislativa.
Aunque la carrera electoral apenas comienza y el camino todavía es largo, ni la historia ni los sondeos de opinión, presentan un panorama favorable a esa posibilidad.
De acuerdo, con el último Informe del Estudio de Opinión Pública del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (septiembre 2025) la intención de voto para las elecciones legislativas muestra una fragmentación importante.
Fotografía inicial muestra dispersión
Según este informe, a septiembre de este año el 70% de los electores no saben por quién votar para diputados. Esta es una cifra aún mayor que la que se presenta en la papeleta electoral donde el 57% aún no se ha decidido por un candidato.
Seguidamente, la agrupación que representa al oficialismo (Pueblo Soberano) alcanza apenas un 7% de la intención de voto. Esta es inferior a la de su propia candidata (Laura Fernández) que obtiene un 12%.
Por el contrario, la agrupación Frente Amplio, mejora su intención de voto en la papeleta legislativa; mientras Ariel Robles tiene un 5% de las preferencias electorales, ubicándose en el tercer lugar, para diputados los frenteamplistas llegan al 7% empatando al oficialismo.
El Partido Liberación Nacional (PLN) que en las últimas tres elecciones alcanzó mejor votación a nivel legislativo que presidencial, mantiene una intención de voto similar. El arranque de los verdiblancos los pone en un 5% para diputados y un 6% para el mandatario.
A esto hay que sumarle que otras cuatro agrupaciones también están por encima del 1% en intención de voto. Estas son: la agrupación con la que llegó a la presidencia Rodrigo Chaves (Progreso Social Democrático) con un 5%, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) 2%, Partido Acción Ciudadana (PAC) 1% y Partido Liberal Progresista (PLP) con 1%.
Además, otras 5 agrupaciones aparecen con menciones de votos (Nueva Generación, Nueva República, Aquí Costa Rica Manda, Unidos Podemos y Avanza).
Si todas estas agrupaciones ingresaran a la Asamblea, estaríamos ante una importante dispersión del voto que frenaría las intenciones de llegar a los 40 diputados.

Imagen deteriorada
El informe del CIEP-UCR revela también un deterioro de la imagen que el Congreso está presentando como primer poder de la República. Según el mismo, la Asamblea Legislativa fue calificada con un 4,5 en la escala de 0 a 10 (0 es la peor y 10 es la mejor calificación).
Esta calificación ubica a nuestro parlamento solo por encima de los partidos políticos como la institución peor evaluada del país. Incluso, su calificación ha sufrido un deterioro leve desde el 2019 cuando se le calificaba con 4,8%.
Incluso cuando se les consulta a los electores qué los motiva a ir a votar, el 86,6% está de acuerdo o muy de acuerdo en cambiar la Asamblea Legislativa.
Aún así la población costarricenses ve la Asamblea Legislativa como la institución más asociada con el rol opositor, fue mencionada por un 33,2% de las personas entrevistadas. Detrás de ella aparece el Partido Liberación Nacional (PLN) con un 22,4%, seguido por el Frente Amplio (FA) con un 16,9%.
Historia adversa
Ahora bien, no solo la encuesta del CIEP-UCR pone cuesta arriba la posibilidad de obtener 40 curules para cualquier partido político. La historia electoral del país también muestra datos que alejan el sueño.
Según datos del Tribunal Supremo de Elecciones, de las 18 elecciones realizadas después de 1948 solo en una ocasión un partido político alcanzó las dos terceras partes de las diputaciones. Eso ocurrió en 1953 cuando el Partido Liberación Nacional (PLN) obtuvo 30 curules en una época en la que el Congreso tenía tan solo 45 diputados.
Luego de esa ocasión el momento más cercano fue en 1982 cuando el mismo PLN obtuvo 33 diputaciones, a escasas cinco de alcanzar las 38 de mayoría.
Incluso, en las últimas elecciones ninguna agrupación ha obtenido ni siquiera mayoría simple a la hora de la votación. La última vez que alguna agrupación superó la barrera de los 29 escaños, fue en 1990 con el PUSC.
¿Para qué sirve tener 40 diputados?
La Constitución Política establece que para aprobar algunas medidas en la Asamblea Legislativa se requiere algo más que la mayoría simple. A esto se le llama mayoría calificada.
Esta mayoría representa los 2/3 de todos los 57 escaños de nuestro congreso, en otras palabras, se necesitan 38 votos. Por esa razón, la obtención de 38 diputados o más es una quimera para muchas agrupaciones.
Uno de los temas por ejemplo que están en juego es la elección de magistrados de la Corte Plena. De acuerdo con datos del Poder Judicial, entre mayo del 2026 y abril 2030, la Asamblea Legislativa deberá reelegir o reemplazar un total de 14 de los 22 magistrados del Poder Judicial.
Marvin Carvajal, abogado constitucionalista asegura que: “un solo partido político con 38 curules o una sola tendencia podría hacer reformas parciales a la Constitución”.
De hecho, la diputada oficialista Pilar Cisneros, el pasado 14 de julio indicó que buscarían reformar la Constitución para permitir la reelección inmediata.
Carvajal alerta que: “Las posibilidades de abusar de ese poder se magnifican frente a una mayoría que prácticamente elimina posibilidades de oposición, ya que acaba con la necesidad de negociar con otras corrientes para poder avanzar”.
Ese 70% de los electores que aún no saben por quién votar tienen la clave para decidir si una agrupación controla todo el poder legislativo o si obliga a las agrupaciones a tener que negociar.



