Aunque la chavista Laura Fernández parte como líder (12% del total de la población), la indecisión llega al 57% en el voto presidencial y 70% para la Asamblea Legislativa, mientras otras respuestas de los encuestados muestran posiciones contradictorias sobre continuidad o alternancia.
Hay dos hechos políticos claros e incuestionables en la antesala de las elecciones del 2026: el gobierno de Rodrigo Chaves mantiene el apoyo compacto del 52% de aprobación ciudadana y Laura Fernández es la carta oficialista manifiesta y evidente para intentar la continuidad en el poder.
La cruda matemática podría indicar que Fernández puede asumirse como presidenta de la República entre 2026 y 2030, pero la realidad política es mucho más compleja. La representante del el movimiento chavista sí lidera las preferencias con un 12% del total de la población, pero recibe el apoyo de menos de una persona por cada cuatro que aplauden a Chaves, muestra la nueva encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Ahora, a menos de un mes del inicio de la campaña electoral y a menos cinco meses de los comicios, hay un 88% de la población que no se ha decidido, que prefiere otra candidatura o que no piensa votar, según la encuesta del CIEP-UCR. En resumen: “no hay una candidatura favorita a estas alturas” y “en este escenario cualquier resultado electoral es posible”, concluye el informe de la encuesta.
Esta incertidumbre se evidencia en el estudio de opinión pública basado en 1.003 entrevistas por teléfono celular entre el 1° de setiembre y el día 4 del mes, que arroja otros datos claves: 49% de la población decidida a votar no sabe aún por quién hacerlo y sólo dos rivales de Fernández (Álvaro Ramos, del PLN, y Ariel Robles, de Frente Amplio) superan el margen de error de la encuesta: 3 puntos porcentuales. El suspenso vuelve a aparecer en el país ahora que 81% de la población asegura no simpatizar con ningún partido político y en momentos en que la oferta electoral aún puede cambiar antes del 1° de octubre, cuando comenzará oficialmente la campaña.
No se trata sólo de incertidumbre, sino también de confusión, pues uno de cada 14 ciudadanos entrevistados declara que tienen la intención de votar por Rodrigo Chaves en febrero, una opción imposible porque en Costa Rica no hay reelección presidencial inmediata. Los resultados de la encuesta dejan ver incluso contradicciones como esta: un 52% respalda la labor del Presidente y un 57% de la población dice que “el gobierno actual merece seguir en el poder”, pero un 75% señala que “el gobierno actual tuvo tiempo de hacer cosas y no las hizo” y un 62% que respalda la afirmación “prefiero que otro partido, diferente al actual, llegue al poder”.
“La opinión no es consistente para todos los temas ni para todos los efectos. Eso hace que afloren contradicciones. Estamos en una época en que hay muchos factores de desorientación”, justificó Ronald Alfaro, coordinador de investigación del CIEP sobre los nublados que dominan el paisaje electoral en medio de dos hechos que sí son contundentes: la consolidación del liderazgo personalista de Chaves por encima de la candidata Fernández y la ausencia de un opositor claro frente al gobierno actual.
En el contexto político general también hay otra certeza: la alta preocupación de la ciudadanía por la inseguridad y la delincuencia, como se ha visto a lo largo de todo el gobierno actual pero ahora con una cifra más alta que en todas las mediciones anteriores: 45% dice que es el principal problema del país, seguido de la corrupción (15,5%) y el costo de vida (6,9%), el desempleo (5,5%) y la mala gestión del gobierno (5,2%).
Se muestra también la persistencia de una mayoría popular que no confía en la capacidad del Poder Ejecutivo de solucionar el principal problema del país: un 70% dice que tiene poca confianza o ninguna, de acuerdo con la encuesta.
Los nublados electorales
Laura Fernández y sus seguidores pueden ver el vaso medio lleno y medio vacío: lidera la intención de voto y podría aspirar a captar quienes declaran una intención de votar Chaves, pero la fotografía del momento indica que ese 12% de intención de voto por ella (17% entre los decididos a votar) es un porcentaje más bajo que el de todas las candidaturas presidenciales que partían como favoritas antes de comenzar la campaña electoral. El apoyo a Fernández entre quienes expresan certeza de acudir a las urnas es apenas similar al porcentaje de votos logrado por Chaves en la primera vuelta del 2022 (casi 17% de los votos válidos).
Los estudios del CIEP-UCR registran los antecedentes del 2014, del 2018 y del 2022 y evidencian que en esos tres procesos electorales a estas alturas del proceso electoral también estuvieron marcados por una alta incertidumbre. Ahora las personas indecisas conforman un 49% de los decididos a votar, en 2021 fueron 53% y en 2017 fueron 43%. Además, en esas ocasiones quien encabezaba la intención de voto no ganó las elecciones y tampoco quien aparecía en segundo lugar. El informe de esta encuesta presenta un cuadro general de posiciones del electorado con la muestra completa, sin considerar los abstencionistas, pues se consideró que es un panorama preliminar a la campaña electoral y sería prematuro hacer precisiones en la intención de voto.
El contexto actual es diferente al de elecciones anteriores, con un peso aún menor de los partidos tradicionales y con la persistente popularidad de Chaves y su estilo personalista, que perdió 11 puntos desde noviembre del 2024 (tenía 63% de aprobación) pero que con 52% supera a todos sus antecesores en este pasaje del cuatrienio.
El desafío de Fernández, como han señalado investigadores y analistas, es atraer a la población seguidora de Chaves hacia ella y hacia su Partido Pueblo Soberano (PPSO) para que tenga más presencia en la Asamblea Legislativa, pues para la elección de los 57 diputados la indecisión es aún mayor: 70% de la muestra total.
La encuesta indica que para la repartición de curules el oficialista PPSO recibe el apoyo del 7% de la población del país, lo mismo que Frente Amplio (FA), por encima del 5% del PLN y del 5% del Partido Progreso Social Democrático (PPSD) la agrupación utilizada por Chaves en 2022, por lo cual es posible -aunque no seguro- que haya personas que lo sigan asociando a él a pesar del público distanciamiento con esa estructura. En quinto lugar aparece el PUSC con 2%, pero estos porcentajes pueden cambiar al desglosarlos por provincia, que es la manera como se escoge a fin de cuentas a las 57 diputaciones.
El estudio de opinión muestra la ausencia de un opositor claro ante el gobierno de Rodrigo Chaves o el movimiento afín a él. Al preguntársele a los encuestados que cuál es el actor que más ejerce el rol opositor, no salió a relucir un nombre específico. Un 33% señaló que es la actual Asamblea Legislativa, el 22% dijo que el PLN y 17% contestó que Frente Amplio.
Más abajo, el 2,4% indicó que el papel de opositor lo ejercen “los partidos políticos”, otro tanto señaló a la prensa y el 2,2% dijo que es el mismo gobierno de Chaves, mientras que 2,1% apuntó al Poder Judicial y porcentajes menores señalaron a actuales candidaturas presidenciales. Ni siquiera es reconocible en la gente el supuesto rol opositor de Carlo Díaz, fiscal general de la República, pues sólo registra el 0,2% de las respuestas a pesar de la insistencia del mandatario en presentarlo como enemigo suyo.