Entre 2017 y mayo del 2024, 7.600 kilos de oro con un valor declarado en aduanas de $152 millones (unos ¢78,280 millones) salieron del país. Así lo revelan los documentos obtenidos y un análisis de datos hecho en conjunto por La Voz, el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) e Interferencia de Radios UCR a partir de documentos del Ministerio de Hacienda.
La información extraída del Sistema de Tecnología de Información para el Control Aduanero, conocido como TICA, permitió a esta alianza de medios identificar 22 exportadores de los cuales 11 son personas físicas y 11 son empresas.
Una empresa de Abangares en Guanacaste, lidera la cantidad de dinero exportado en lingotes de oro. De acuerdo con el análisis de datos hecho por esta alianza periodística Metales Abangares J M S. A., sacó de Costa Rica 537 kilos de oro valorados en $22,2 millones (unos ¢11.536 millones al cambio actual), entre el 2022 y mayo de este año.
Solo en los primeros cinco meses de este año Metales Abangares J M S. A. envió al extranjero más de 112 kilos del preciado metal. (VEA UNO DE LOS DUAS DONDE FIGURA METALES ABANGARES)
La empresa fue creada hace apenas dos años, tiene domicilio en San Juan Grande de Abangares, su presidenta y representante legal es Alejandra Morún Almanzor, de 25 años de edad.
El tesorero de Metales Abangares es José Antonio Morún Picado, padre de la presidenta de la sociedad y hermano de Geovanni José Morun Picado, quien aparece como imputado en la causa 19-004389-1322-PE, donde la fiscalía investiga los presuntos delitos de legitimación de capitales y minería ilegal.
Consultada sobre el origen del oro que Metales Abangares exportó, Alejandra Morún señaló que prefería no dar detalles sobre la operación de la empresa ni sobre el origen del oro que exportó esa compañía.
“Como le explico, si sé sobre todo el tema pero no quiero dar información. Yo prefiero mejor que sea directamente mi padre” señaló la presidenta de Metales Abangares.
La Voz conversó telefónicamente con José Antonio Morun Picado y le consultó sobre las cantidades de oro exportado registradas en Hacienda y sobre cuál es el origen del oro que sacaron de Costa Rica, pero el tesorero de Metales Abangares alegó que no daría esa información por vía telefónica y pidió que se le remitiera un correo formal con la identificación del periodista y del medio.
Se le enviaron varios mensajes a su whatsapp y se le preguntó su dirección de correo electrónico para cumplir su requerimiento formal y además se le ofreció sostener la entrevista por una plataforma virtual pero al cierre de esta nota no había respondido los mensajes.
Entre los mayores exportadores de oro desde Costa Rica aparece también la empresa Metal Export L Y M que, entre julio del 2018 y julio del 2020, sacó del país 583 kilos de oro valorados en más de $9,2 millones (unos ¢4.740 millones al cambio actual).
Las ventas de esta empresa cesaron poco antes de los operativos de la Fiscalía de Legitimación de Capitales que terminaron con la detención de su presidente Rodolfo Lanzoni Vindas en una lujosa vivienda en Santo Domingo de Heredia.
Consultado por La Voz Lanzoni Vindas aseguró que todo su negocio de exportación de oro era legal y que lleva ocho años esperando que presenten pruebas en una investigación que, en su opinión, “no tiene pies ni cabeza”.
“Como yo era el mayor exportador pensaron que toda Crucitas era mía y todo los nicaragüenses que estaban ahí, los cuatro mil, trabajaban para mí, es decir, ese fue el portillo, y como yo exportaba durante 20 años pero yo no tenía que ver nada con eso” aseguró Lanzoni.
Consultado sobre el origen del oro que exportó Metal Export L Y M, Lanzoni respondió que lo obtenía de casas de empeño legalmente constituidas y de Abangares. El empresario calificó el allanamiento de la justicia en 2020 como “un show” y aseguró que tiene todos los documentos para probar la trazabilidad del oro que exportó.
El precio del oro se disparó
En Costa Rica la extracción de oro solo está permitida a pequeña escala y con métodos artesanales, pero los grandes volúmenes exportados, así como múltiples fuentes consultadas en Abangares y en la zona norte señalan que los miles de kilos de oro que salen en lingotes por el aeropuerto provienen de una explotación masiva e ilegal del yacimiento de Crucitas, en San Carlos.
Esta extracción ilegal de oro, que continúa creciendo en Costa Rica, ocurre justo en el momento en que el precio internacional del oro rompe todos los récords de cotización y pasó de $1.268 la onza en 2018 a $2.450 a inicios del 2024.
Uno de los grandes cambios que han ocurrido en la extracción ilegal del oro en Costa Rica es que ahora, el oro en bruto sale de Crucitas, se traslada clandestinamente hasta Abangares, en Guanacaste en donde se procesa y se exporta como si se hubiera extraído en este cantón guanacasteco.
La investigación de esta alianza periodística revela que hoy una estela de contaminación ambiental sin precedentes está ocurriendo en patios y plantas de procesamiento clandestinas en Abangares y que, a la vez, miles de kilos de oro continúan saliendo de Costa Rica como si el país tuviera una industria minera en plena expansión.
Viajeros frecuentes
Dentro de las personas físicas que, según los DUAS de Hacienda, más oro han exportado desde Costa Rica en los primeros meses del 2024 aparece el nombre de José Miguel Porras Montero, presidente de la Unión Cantonal de Asociaciones de Desarrollo de Abangares (UNCADA).
Porras Montero forma parte de los nuevos protagonistas del negocio del oro y registra 77 kilos exportados en los primeros cinco meses de este 2024. Esas ventas fueron declaradas en poco más de $4 millones (unos ¢2.060 millones al cambio actual).
(VEA UNO DE LOS DUAS DONDE FIGURA JOSÉ MIGUEL MONTERO)
Porras Montero aseguró a La Voz que el oro que transportó no es material de su propiedad personal sino que se trata de exportaciones de la UNCADA y que su nombre aparece en los DUAS porque es él quién se encarga de transportarlo vía aérea a Estados Unidos.
“Podrá salir a nombre mío porque yo lo transporto, pero el DUA y todos los documentos sale al nombre de la Unión Cantonal, la factura y el packing list” explicó el presidente de la UNCADA.
El exportador de oro alegó que esa cantidad de oro exportado proviene de “unas 800 compras”, a 800 personas -algunas de ellas a las que les vende repetitivamente- y aseguró que cuentan con los documentos de respaldo para documentar esas compras.
En cuanto al origen del oro, Porras fue ambiguo sobre la validez del método en que se basan para documentar el origen del oro, “es oro de Abangares. Es más, yo no puedo asegurar que sea oro de Abangares. Es complicado, pero yo si cuando viene un minero de Abangares, firma acá, una declaración jurada donde dice que el material que él trae es de Abangares”.
Es decir que la prueba que aplican para descartar que se trate de oro ilegal es la propia palabra y firma de quien lo vende.
Entre otros exportadores que sacaron oro como personas físicas destacan Juan José Morgan Pérez (ya fallecido) quien comercializó 460 kilos de oro valorados en más de $11 millones, entre el 2017 y el año 2020.
Le sigue Carlos Luis Zamora Villalobos con la venta de 358 kilos, entre el 2017 y el 2019. La mercancía fue declarada en $5 millones.
Zamora Villalobos alegó que esos datos son de hace cuatro años ya que él se retiró del negocio de la exportación de oro en 2018, “Yo le compraba a casas de empeño, yo tenía también una casa de empeño y prácticamente lo que yo negociaba era específicamente de casas de empeño (…) yo me retiré porque había muchos exportadores, había una cola de un montón de exportadores”.
A continuación aparece Esteban Josué Castro quien sacó 275 kilos de oro estimados en $3,6 millones, entre 2019 y el 2020. Castro cesó la actividad a partir de ese año.
Castro se definió a sí mismo como un mero transportista y dijo que trabajaba para la empresa Dicola y para personas que “creía” que eran de Venezuela, que ignoraba completamente el origen del oro que había en las maletas y que su único trabajo con el metal era llevarlo desde el aeropuerto al extranjero.
Los datos de Hacienda señalan que además del oro que salió nombre de Castro, la empresa Dicola exportó como compañía otros 125 kilos de oro valorados en $2,4 millones (unos ¢1.236 millones).
Información inconsistente
De acuerdo con los registros del TICA entre el 2020 y el 2021 las ventas de oro al exterior cayeron y esa disminución podría explicarse debido a los cierres de aeropuertos por la pandemia del Covid-19.
Pero la actividad volvió a repuntar a partir del 2022 y a la fecha los lingotes de oro continúan saliendo del país, principalmente hacia Estados Unidos, solo que en equipajes de nuevos viajeros.
El análisis de estos documentos en Hacienda reveló que la información contenida en esos papeles aduanales tiene distintas clases de incongruencias en su contenido: en el 48% de esos documentos no aparece el nombre del exportador y en muchos otros hay inconsistencias en relación al peso y al valor del oro exportado.
Además reflejan la salida de 4.100 kilos de metal que fueron declarados ante aduanas como oro chatarra. Otros 2.800 kilos salieron como oro en barra, 14 kilos como polvo de oro y 22 kilos como oro de río.
Algunas declaraciones de aduanas también incluyen exportación de plata, pero no precisan cuánto corresponde a oro y cuanto a plata.
La Voz consultó al director de Aduanas, Christian Montiel quien inicialmente accedió a comentar telefónicamente sobre el tema y señaló que Hacienda conoce la identidad de todos los exportadores de oro pero que esa información no debería estar visible en los DUAS. Sin embargo, esta alianza encontró los nombres de los viajeros en el 52% de esos documentos.
Finalmente el director de Aduanas explicó que no podía comentar sobre el origen del oro exportado por limitaciones de la Ley General de Aduanas y remitió nuestras consultas a la oficina de prensa del Ministerio de Hacienda.
También hacen parte de la investigación Países Minados:
Periodistas: Noelia Esquivel Solano, José Pablo Román Barzuna, Ernesto Rivera, Mercedes Agüero, David Chavarría y Hulda Miranda Picado
Fotografía: Rubén F. Román y César Arroyo Castro
Diseño: Carolina Corrales y Miguel Méndez
Arquitecto de datos: Rigoberto Carvajal
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