Las ciudades inteligentes representan un nuevo enfoque en cómo se viven y gestionan los espacios urbanos. Este no consiste en la implementación de la tecnología en las ciudades, sino que pone su énfasis en la información como elemento clave para transformar el entorno, puesto que comprende que es con esta información que se logra cambiar el estilo de vida de las y los habitantes.
Ken Fallas, arquitecto y especialista en ciudades inteligentes, indica que “el concepto de ciudad inteligente no es sobre tecnología, es sobre información. […] Si uno tiene información sobre qué sucede en el territorio, uno puede tomar decisiones informadas”.
Las ciudades de la actualidad se están enfrentando a numerosos desafíos que surgen, algunos con precedentes, otros no. La era digital y la globalización han hecho que todo avance a un ritmo acelerado, de allí la importancia que los tomadores de decisiones partan de información real, que proyecte a las ciudades en un panorama más extenso que un periodo de cuatro años.
Estos retos van desde crecimiento demográfico hasta los efectos del cambio climático, y de esta forma, es en este contexto, que la información se convierta en un recurso valioso para la planificación y la gestión urbana. Fallas destaca que “ahora el que tiene la delantera en temas de innovación, en temas de políticas de desarrollo, no son los países, son las ciudades”, subrayando la importancia de las ciudades como actores principales en el desarrollo.
Una ciudad inteligente es aquella que utiliza datos en tiempo real para tomar decisiones que beneficien a sus habitantes, como por ejemplo mejora en la infraestructura, como aceras y sistemas de transporte, reducción de emisiones contaminantes, y otros. Y todo esto para atender las necesidades de la población actualmente, pero también las necesidades que se van a estar generando en un futuro.
“Son ciudades donde la información es visible para los que pueden tomar las decisiones sobre qué inversiones hay que hacer en la ciudad: mejores aceras, mejor transporte, reducción de emisiones…” Ken Fallas, arquitecto y especialista en ciudades inteligentes.
Ante esto, se puede mencionar el caso de Seúl, ciudad de Corea del Sur que ha logrado implementar los principios de ciudad inteligente. Por ejemplo, ha adoptado estrategias, a partir de información demográfica y de otro tipo que sea relevante, para hacer proyecciones a futuro, y planificar incluso hasta el año 2100. Esta visión a futuro, permite anticipar las necesidades e incluso mitigar algunos problemas que se pueden presentar, antes de que lleguen.
En las proyecciones de Corea del Sur, se determinó que en 10 años la población va a estar mucho más envejecida, esto se debe a múltiples factores, por ejemplo por el crecimiento del movimiento 4B, el cual es un movimiento de corriente feminista donde las mujeres le dicen no al matrimonio heterosexual, no a parir, no a salir con hombres y no a las relaciones sexuales heterosexuales.
Esto por el descontento generalizado a partir de la situación desigual que engloba a la mujer en dicho país. Esto ha hecho que las tasas de natalidad bajen significativamente y las proyecciones a futuro también. Entonces se busca que se empiece a pensar en una ciudad para las personas más envejecidas.
Es importante que se empiece a apuntar por ciudades inteligentes que representen una oportunidad para transformar los entornos en los que se transita, se trabaja, se comparte con seres queridos, y se recrea. Que se piense en ciudades más habitables, donde se priorice quienes viven allí y la transitan. Como lo expresa Ken Fallas, el futuro de la innovación y el desarrollo urbano está en manos de las ciudades, y es a través de una planificación inteligente y colaborativa que podemos construir un mejor mañana para todos.
Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos Radio Universidad.