La mejor forma de actuar ante una situación de riesgo como lo es el atragantarse es mediante la prevención y la preparación previa.
“Las experiencias se dan cuando menos las esperamos, y siempre en situaciones como esta de atragantamiento por lo general no hay profesionales en salud que nos puedan llegar y ayudar y sepan qué es lo que se debe hacer, qué protocolo seguir” nos comentó Johnny Alvarado Sojo, enfermero y docente investigador de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Costa Rica, durante una entrevista con 870.
SIGNOS DE EMERGENCIA
Si una persona está tosiendo muy fuerte frente a un plato de comida esta puede ser una alerta roja. En este caso puede acercarse y preguntarle “¿se está usted ahogando?” e instarle a que siga tosiendo. También se puede empezar a darle palmadas suaves en la espalda.
Otro indicador de peligro ocurre cuando la persona lleva ambas manos a su cuello, esta es una señal de atragantamiento. En cuyo caso se recomienda iniciar la maniobra de Heimlich.
“Cualquier objeto que no sea parte nuestra, que sea externo a nosotros, que pueda llegar a obstruir esa epiglotis, esa tapita, entonces hay que removerlo y tenemos segundos para hacerlo”, dijo el enfermero, Johnny Alvarado.
Para realizar la maniobra de Heimlich colóquese atrás de quien se ahoga, ponga un pie adelante, entre las piernas de la persona, y otro atrás por si esta se desmaya y hay que sostenerla. Dele un abrazo poniendo las manos sobre su abdomen, una mano en un puño y la otra envolviendo el puño, colóquelas dos centímetros arriba del ombligo. Empiece a hacer compresiones para adentro y arriba, como dibujando una jota desde abajo.
Se debe repetir la acción las veces que sean necesarias hasta que bote el objeto o la persona se torne inconsciente. Si pasa esto último, llamar al 911.
En el caso de los bebés un claro signo es que su cara esté morada y lloren sin llanto, es decir, intentan llorar pero no sale sonido. En estos casos se debe iniciar una maniobra distinta a la de Heimlich.
Para atender a un bebé es necesario sostenerle de los cachetes, no el cuello y ponerle boca abajo, sobre uno de nuestros brazos, que su cabeza esté inclinada un poco más abajo que su cuerpo. Darle con la base de la mano 5 golpes secos y duros sobre los huesos detrás de la espalda, las escápulas.
Luego poner nuestra mano sobre el cuello del bebé para protegerlo y volver a girarlo boca arriba. Imaginar una línea imaginaria entre los pezones y justo debajo de ella, en el centro del pecho, darle 5 compresiones fuertes con dos dedos.
Si el objeto se ve sacárselo usando dedos de pinza, juntando el meñique con el dedo gordo. Si no se ve, repetir. Si el bebé cae inconsciente tornándose flácido y dejando de pelear, llamar al 911 y empezar RCP.
LO QUE NO SE DEBE HACER
“Lo mejor es estar preparado, no solamente para saber qué hacer sino para saber qué no hacer” comentó Alvarado.
Ante estas situaciones lo mejor es mantener la calma y procurar tener la mejor preparación posible.
No intente sacar el objeto metiendo la mano en la boca de alguien a menos de que sea visible. No sostenga al bebé de cabeza intentando que expulse el objeto. Además, recuerde que lo ideal es realizar compresiones, no intentar respiración boca a boca.
“Las ventilaciones no están sobre las compresiones, lo principal son las compresiones. No es necesario dar ventilaciones, pero si yo doy compresiones de manera adecuada eso es la ideal”, explicó el enfermero.
UN POCO MÁS SOBRE EL ATRAGANTAMIENTO
Resulta que en nuestro cuerpo tenemos dos tubos que se encuentran juntos dentro de nuestra garganta; la tráquea y el esófago. Cuando comemos, el alimento pasa por el esófago y cuando respiramos, el oxígeno que nos mantiene con vida pasa por la tráquea.
¿Cómo sabe nuestro cuerpo qué debe ir en cada tubo? Existe una tapita que se abre y cierra para dejar pasar lo que corresponde a cada conducto llamada epiglotis. Lo sólido y líquido pasa al esófago y lo gaseoso, es decir el aire, a la tráquea.
El atragantamiento ocurre cuando un cuerpo extraño se ubica sobre la epiglotis y la mantiene cerrada evitando que pase el aire y la comida hasta dónde deben llegar. Existe dos formas tipos de obstrucción: la parcial, en la cual la persona sigue tosiendo para sacar el objeto; y la total, dónde el aire deja de entrar a las vías respiratorias.
Las infancias de menos de un año y personas adultas mayores son los grupos que están en mayor riesgo. Es importante prestar atención en estas edades al tipo de alimentación y cuánto se les da.
En el caso de la adultez mayor evitar que se acuesten apenas comen, puesto que el reflujo también puede tapar la epiglotis. Con las infancias se debe tener cuidado con los pequeños objetos y los globos, que pueden quedarse pegados en su garganta.
De igual forma corren más peligro quienes tienen disfagia, condición que puede ser provocada por derrame y otras situaciones, lo que le impide a su cuerpo tragar. Aunque se debe recordar que el riesgo de atragantamiento está presente en todas las edades.
Más información en esta entrevista del programa Una Hora con la Salud.