Exposición se presenta en Ecuador hasta el mes de setiembre
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La residencia artística Positiva, en su segunda edición, le permitió al investigador y artista costarricense Luis Herra exponer un caso de negligencia que hizo que 69 personas hemofílicas se infectaran con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en los años ochenta.
Su instalación ¿A qué costo? fue ideada con la técnica de objetografía que según el investigador es un recurso que permite mediante objetos remitirse al tiempo y al espacio. La pieza consta de una instalación metálica de la cual cuelgan 69 bolsas que aparentan contener sangre, una metáfora que representa a cada una de las personas infectadas, además tienen una etiqueta con una intervención que hace referencia a los pacientes. La obra está acompañada de una línea del tiempo que explica la historia de este caso.
Esta residencia tiene su base en Ecuador, en el Centro Contemporáneo de Arte y para esta edición fueron seleccionadas nueve propuestas de personas seropositivas en Latinoamérica, incluida la del artista costarricense. Esta edición fue producida por el artista y activista ecuatoriano seropositivo, Ricardo Luna y mediada por el escritor y artista, también seropositivo, Antoni Guerrero .
“Positiva es un espacio que se crea para visibilizar la producción artística de personas seropositivas”. Luis Herra, investigador y artista costarricense.
Durante una semana las nueve propuestas artísticas se fueron construyendo en Ecuador. En este espacio se creó la propuesta que los concursantes habían enviado en digital y que con un proceso de mediación y producción se crearon las distintas obras que quedaron listas para que un mes después se realizará la exhibición.
Se espera que una segunda etapa sea la sistematización de las obras para poder mostrarlas en los distintos países participantes.
¿Cómo se infectó esta población?
El artista relató que la negligencia se dio cuando en 1983 una comisión de medicamentos en Estado Unidos decidió retirar un lote de soluciones salinas infectadas que se daban a población hemofílica para su tratamiento. Sin embargo, en 1985 Cutter Biological, una subsidiaria de Bayer, decidió donar y vender una parte de esa solución a países de tercer mundo, incluido Costa Rica.
Esa negligencia hizo que años más tarde (entre 1987 a 1989) personas de la población que recibieron la dosis dieran positivo con el virus del SIDA.
Por lo anterior, una asociación de personas hemofílicas decidieron en 1989 hacer una denuncia cuyo juicio se realizó en Estados Unidos. Aunque Costa Rica ganó el caso no se le pudo recompensar a las personas de manera adecuada y en el transcurso de los años el 90% de esa población infectada murió por la negligencia.
Esta obra no solo expone el tema sino la deuda pendiente del caso que aún sigue impune.
Para conocer más sobre este proyecto ingrese al IG de Positiva