Nuevo directorio de la Asamblea Legislativa o el juego de poderes

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Jimena Rojas Rojas
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El primero de mayo se conmemora la elección del directorio de la Asamblea Legislativa, acto de gran relevancia para la política nacional, y que debe ser de interés para las y los ciudadanos costarricenses porque representa más allá que la decisión de un cargo administrativo. En el acto iniciado a las 9 de la mañana, se escoge el directorio, el cual se conforma de tres titulares: presidencia y dos secretarías, y tres suplentes: vicepresidencia y dos prosecretarías.

Este año, se volvió a colocar a Rodrigo Arias Sánchez en en la presidencia. Y también se asignó a Rosalía Brown Young, vicepresidenta; Carlos Felipe García Molina primer secretario; Olga Morera Arrieta, segunda secretaria; Luz Mary Alpízar Loaiza, primera prosecretaria y Dinorah Barquero Barquero, segunda prosecretaria.

La Asamblea Legislativa establece que las atribuciones de los integrantes del directorio son: cuidar del orden interior, económico y administrativo de la Asamblea Legislativa, nombrar funcionarios y empleados que se necesiten para el funcionamiento de la Asamblea y de la Secretaría, o removerlos de acuerdo con la ley; asignar recursos humanos, financieros y materiales correspondientes a las fracciones parlamentarias, en proporción al número de diputados que representan en la integración total de la Asamblea, y dictar los reglamentos y disposiciones necesarias.

Sin embargo, el puesto donde recae la mayor parte de la discusión es la presidencia, la cual tiene labores de un cargo con alta jerarquía, y es el puesto más llamativo. Dentro de sus funciones está: presidir, abrir, suspender y cerrar las sesiones; nombrar comisiones permanentes y darles participación en ellas a todas las fracciones; asignar a comisiones los proyectos presentados, con estricto apego a la especialidad de la materia; dirigir la discusión de acuerdo con el reglamento legislativo; indicar a la Asamblea sobre lo que deba recaer la votación; conceder la palabra a los diputados en el orden en que la soliciten; recibir las votaciones corrientes y declarar si hay aprobación o rechazo de un asunto, y declarar el resultado, además, llamar al orden en general.

Para conformar dicho directorio, se empieza un juego político en la Asamblea con el fin de poner en esas sillas a las personas que no solo consideren más apta para el puesto, sino que también les sirva para sus intereses y agenda, porque como se mencionó anteriormente, dicho rol dirige el debate. Este año, esta estrategia se vio planteada en el caso expuesto por el politólogo Daniel Calvo, quien abordó la posición de Nueva República, partido que dentro de las negociaciones había estado muy de cerca con el oficialismo pero que terminó dándole su apoyo a Arias, por un tema transaccional, donde se estableció que el interés venía de que se darían los votos a cambio de una  primera o segunda secretaría.

Previo a la elección del directorio, el Poder Ejecutivo también empieza a establecer su estrategia para que quienes sean electos, les facilite impulsar su agenda de gobierno. Se puede mencionar la reunión que tuvo con una coalición que buscaba colocar a Horacio Alvarado en la silla presidencial, que no dio frutos porque Arias ganó con 36 votos para ejercer un tercer mandato.

El ambiente político se tensó aún más por la decisión de Arias de no reunirse con el presidente, generando opiniones sobre lo negativo que podía ser para la reelección del actual presidente del legislativo. La decisión tomada por Arias se vio motivada por los comentarios emitidos por Chaves, criticando a dos diputados y la Contraloría General de la República. Esto provocó que Arias defendiera su posición de no reunirse justificado por su defensa de la institucionalidad costarricense.

“El primero de mayo…una prueba de fuego para todas las fracciones de que no son bloques monolíticos de comportamiento”, Daniel Calvo, politólogo.

El primero de mayo deja claro que en una Asamblea donde todas las personas diputadas actúan como iguales, porque al final del día, el voto tiene el mismo valor para cualquiera, es el capital político lo que actúa como moneda de cambio, y es este capital que posiciona al presidente legislativo, en este caso a Arias nuevamente en su silla.

Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos Radio Universidad

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