Los trastornos de ansiedad son más comunes de lo que creemos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud se calcula que un 4% de la población mundial padece actualmente un trastorno de este tipo.
Son las 6 a.m. Estoy tomándome un café, veo hacia la ventana. Los rayos del sol que empiezan a calentar la cocina, el sabor y el aroma del café no me distraen de los pensamientos del día. Los preparativos de la actividad del fin de semana, las rutinas de ejercicios que no he podido cumplir y una serie de compromisos atrasados, no me dejan tener paz. De pronto siento palpitaciones, me tengo que poner de pie…
¿Le parece conocida la situación? El ritmo de la vida va cada vez más rápido y muchos no queremos quedarnos atrás. En ese afán por querer llegar a un lugar antes de tiempo o por cumplir con muchas actividades a la vez, podemos caer en un cuadro de ansiedad.
El COVID-19 influyó en un aumento en los casos de ansiedad en Costa Rica. De acuerdo con la revista The Lancet, el país presentó un aumento 35,6% para los trastornos de ansiedad en el año 2020. – La otra epidemia: Costa Rica supera crecimiento mundial de casos por depresión y ansiedad, Instituto de Investigaciones Psicológicas, UCR.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las crisis de ansiedad son los trastornos mentales más comunes del mundo. Si bien todas las personas pueden sentir ansiedad alguna vez, solo quienes padecen trastornos de ansiedad experimentan miedo y preocupación de manera intensa y excesiva.
El terapeuta, Juan Antonio Reig, director en la Escuela M.I.T.O. explica que la ansiedad es un síntoma del tiempo, es tener demasiada presión para cumplir con el día a día. Cuando vivimos con ansiedad estamos en función del futuro, de lo que pasará y eso hace que el cuerpo entre en un estado de alerta constante.
Cada caso de ansiedad genera síntomas diferentes, pero la mayoría muestra una combinación de pensamientos o sensación de pánico difícil de controlar. Además pueden aparecer síntomas físicos, como latidos cardíacos fuertes o rápidos, dolores y molestias inexplicables, falta de aire y cambios en el comportamiento.
¿Qué hacer para controlarla? Reig enfatiza en la importancia de conectar con el presente, conociéndonos y enfocándonos en los aspectos que de verdad queremos para nuestra vida diaria.
UN RATO DE INTROSPECCIÓN
No deberíamos pasar por alto la ansiedad. Al igual que otros padecimientos de salud mental, la ansiedad requiere un acompañamiento que puede ir desde medicación hasta terapias de conversación.
La OMS recomienda como tratamiento esencial las intervenciones psicológicas. En estas se ayuda a aprender nuevas formas de concebir la ansiedad y hacerle frente. Otra estrategia es aprender habilidades para gestionar el estrés, como las relacionadas con la relajación y la atención plena.
“Primero hay que localizar el origen, ya sea imaginario o viendo desde el mundo de lo real. Si el vínculo de ese miedo es imaginario, únicamente lo estoy sintiendo y el sentir es una trampa que desconecta a los sentidos”, señala Reig.
El terapeuta también subraya la necesidad de conectar con los sentidos y hacerse preguntas como: ¿Qué es lo que no está como queremos que esté? ¿Qué es lo quiero y qué es lo que no quiero para mi vida? ¿Cuál es la razón de que tenga falta de motivación?
“En los últimos 15 años hemos sentido una aceleración muy grande, nos dejamos llevar por la aceleración. Hacemos muchas cosas para no hacer nada. Hay que entender los procesos. Recuperar que cada cosa tiene su tiempo”, destaca Reig.
Así, la próxima vez que esté tomándome un café, en vez de estar pensando en todo lo que tengo pendiente, tal vez deba solo enfocarme en disfrutar del café, el momento libre y el inicio del día.
Conozca más sobre el tema en esta entrevista del programa Saber Vivir.