Invasión de la embajada de México en Ecuador: crisis diplomática y sus implicaciones

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Jimena Rojas Rojas
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El 5 de abril del presente año, en la embajada de México en Ecuador, se dio un acontecimiento que erosionó las relaciones diplomáticas de ambos países, y generó cuestionamientos sobre las nuevas tendencias geopolíticas globales, el respeto de las normas internacionales, y la importancia que le dan a sus relaciones con otros países de la región.

Se trata de la invasión de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, ya que este estaba solicitando asilo político en la embajada. Siendo esta una facultad diplomática que gozan estas instituciones.

Este hecho solo se puede explicar como el final de un conjunto de acontecimientos, que explotó en la invasión de la embajada mexicana por parte de las autoridades ecuatorianas. Según el Dr. Paul Bonilla Soria, sociólogo y abogado ecuatoriano “La relación Ecuador y México no ha sido cordial en los últimos dos gobiernos, desde que México bloqueara la entrada de Ecuador a la alianza del Pacífico”.

Otro elemento que alteró el ambiente político entre ambos países, resulta en las acusaciones de parte de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, de que el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, se benefició del asesinato de Fernando Villavicencio para ganar las elecciones.

Sin embargo, el clímax se da con  la aprobación de este asilo por parte de México de Jorge Glas, ya que al parecer no podía recibir asilo político al ser un delincuente convicto. Esto porque el ex vicepresidente está enfrentando un juicio por diferentes cargos de los que en el 2017 le condenaron, y por los cuales enfrentó una condena de tres años por corrupción.

Es por esta razón que el gobierno ecuatoriano vio como una posibilidad legítima cruzar estos límites. Sin embargo, la complejidad de la situación radica en que la Convención de Viena, en su artículo 21, establece que las embajadas tienen plena inmunidad. Al mismo tiempo, el artículo 22 de la Convención establece lo siguiente:

  1. Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión.
  2. El Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad.
  3. Los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución.

De esta forma se entiende que la autoridad traspasando la embajada, rompe esta normativa internacional. Adicionalmente, la Convención sobre el Derecho de Asilo de 1954 de la Organización de los Estados Americanos (OEA), indica en el artículo 1 que “El asilo otorgado en legaciones, navíos de guerra y campamentos o aeronaves militares, a personas perseguidas por motivos o delitos políticos, será respetado por el Estado territorial de acuerdo con las disposiciones de la presente Convención”.

Sin embargo, la misma convención de la OEA indica en su artículo 3, que las condiciones bajo las cuales no es permitido otorgar asilo a personas es cuando estén siendo acusados o procesados por delitos comunes por tribunales competentes, hayan sido condenados por dichos delitos y tribunales, sin haber cumplido sus penas, sean desertores de fuerzas militares, a menos que los motivos de su solicitud de asilo sean claramente políticos. Causando un conflicto puesto que para el gobierno de Ecuador, la detención no es por asuntos políticos.

Para el internacionalista, Francisco Flores Zúñiga, el asalto por parte de un gobierno democrático a una sede diplomática es algo poco común. Se esperaba que acciones así fueran realizadas por una dictadura o un gobierno autoritario. Ni Getulio Vargas en Brasil, persiguiendo a tantas personas, se atrevió a ingresar a la sede de la embajada de México cuando cientos de brasileños se refugiaron allí. Ni Pinochet invadió ninguna sede diplomática en los tiempos oscuros de Chile, indicó Zúñiga.

Esto demuestra la fuerza y prestigio del instrumento del asilo político, ya que se ha respetado y entendido que, sin importar la ideología o conceptos, la sede diplomática no debe ser violada. Hay casos de personas que han vivido durante años en sedes diplomáticas, como el expresidente Héctor Cámpora, que estuvo tres años en la sede mexicana en Buenos Aires antes de recibir un salvoconducto, afirmó Zúñiga.

Todos estos acontecimientos resultaron en el rompimiento de las relaciones diplomáticas de estos dos países, de forma que Alicia Bárcena, jefa de la diplomacia mexicana, publicó en la red social X:

Ante la flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador, México anuncia el inmediato rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador”.

 

Conozca más sobre el tema en este programa de Desayunos Radio Universidad

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