Una buena gestión de las emociones repercute en nuestra salud mental. Es importante conocerlas y permitirse sentirlas. Todas las emociones son válidas.
Me despierto súbitamente. Veo el reloj y son las 6:43 am. Me acuerdo de que es lunes y que debía empezar a trabajar a las 7 am. Mi corazón empieza a palpitar a más no poder, salgo corriendo para el baño mientras le aviso a mi jefe lo que pasó. Luego de vestirme, salgo corriendo a la calle pero no llego a tiempo al bus. Espero 10 minutos más, me subo y llego al trabajo con sentimientos de agitación, angustia y estrés. ¿Le ha pasado algo parecido?
A veces una sola situación puede hacer que sintamos miles de sentimientos diferentes. Pero no importa qué sea lo que pase, siempre somos libres de elegir cómo reaccionar ante eso. ¿Cómo trabajar con nuestras emociones?
La Real Academia Española define las emociones como «alteraciones del ánimo intensas y pasajeras, agradables o penosas, que van acompañadas de cierta conmoción somática.» Estas, son mecanismos que nos sirven para reaccionar rápidamente ante los acontecimientos que tienen lugar en nuestro día a día.
No existen emociones buenas o malas, ya que la situación y experiencia de cada persona es diferente. Todas las emociones son válidas desde el momento en que son nuestras. Saber gestionarlas es la clave para lograr alcanzar el bienestar emocional.
Claudia Lizana de Brahma Kumaris en Costa Rica enfatiza en la importancia de reconocer qué emociones aparecen de acuerdo con lo que estamos viviendo y cómo manejarlas para lograr bienestar. “Cada minuto, cada segundo estamos expuestos a muchos estímulos y eso crea emociones. Hay que legitimar lo que estamos sintiendo, respetar mi propio espacio y saber que yo tengo la herramienta para transformar mis sentimientos”, indica Lizana.
GESTIONANDO NUESTROS SENTIMIENTOS
Según la Organización Mundial de la Salud, la salud emocional es «un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias emociones, puede manejarlas adecuadamente, puede enfrentar los desafíos de la vida y tiene la capacidad de establecer relaciones saludables con los demás».
Es importante reconocer las emociones, lo que estas conllevan y manejarlas en el caso de que sea necesario. Estos procesos no se aprenden de un día para otro pero el primer paso, explica Lizana, es aprender a escucharse. “Observemos lo que pasa en la mente. Yo puedo escoger qué quiero sentir e ir dirigiendo poco a poco la mente hacia la paz”, dice.
Lizana propone 3 pasos para gestionar de forma asertiva lo que sentimos:
1. Darse cuenta de lo que se está sintiendo. Conocerse y reconocerse, sacar espacios de pausa que nos permitan pensar en lo que sucede, respirar. Encontrar y darle nombre a lo que sentimos.
2. Aceptar el sentimiento, permitirse sentirlo. A veces es necesario dejar fluir para sentirse mejor.
3. Darle algo diferente a la mente, cambiar el foco de atención para crear emociones distintas en el caso de que sea necesario. Esto nos puede permitir enfocarnos en lo que nos brinda paz y bienestar y no en lo que nos está afectando.
Por último Lizana recomienda buscar ayuda profesional cuando ya hemos tratado de gestionar nuestras emociones y no logramos bienestar.
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