Sandra Duarte recuerda que “como buena Guanacasteca” fue criada en un ambiente donde se acostumbraba escuchar mucha música, desde ahí nació su amor por este arte. De niña, su objetivo era formar parte de la Banda del Instituto de Guanacaste. Esta pasión no se limitó solamente a la escucha, sino que con el tiempo se extendió el deseo de conocer la música desde lo profundo y desentrañarla.
Al momento de elegir su camino académico, se deslumbró por la carrera de Música con Énfasis en Composición de la Universidad de Costa Rica (UCR) y es una de las tres mujeres con título de Licenciatura en Composición en el país graduadas de la UCR, única casa de estudios a nivel centroamericano que ofrece esta titulación.
El maestro que la recibió al ingresar a la carrera fue don Enrique Marín, profesor de teoría musical, de quien ella aprendió no solo la parte académica, sino también, el amor por la docencia. Bernal Flores fue su maestro de composición y con Benjamín Gutiérrez vivió sus inicios en la orquestación y la instrumentación.
Al recordar a sus maestros los describe como “un excelente trío docente” y se siente privilegiada de haber recibido sus enseñanzas.
A lo largo de su aprendizaje también recibió lecciones con Pilar Aguilar, Edwin Marín, Luis Monge, Flora Elizondo y María Clara Vargas Cullel, a quien recuerda como una maestra excepcional, exigente y de quién aprendió muchas lecciones de vida. Está convencida de la importancia de aprovechar la etapa estudiantil y de la búsqueda de conocimientos a través de los y las docentes, más allá de cumplir objetivos académicos.
Sandra Duarte: sus retos como compositora
Sandra Duarte es consciente de que históricamente la mujer ha tenido un enorme reto, ya que no solo en la música, sino en muchas otras áreas, se ha invisibilizado la creación femenina; actualmente se busca más la música de mujeres y Sandra espera que no sea por cuestión de moda sino porque existe un interés real en el trabajo de las compositoras. Sin embargo, considera que el mayor reto para la composición costarricense es el abrirse camino fuera de nuestras fronteras, crear alianzas y romper con el mito de que en Costa Rica no se compone música.
“Parte de los retos es siempre estar enfrentando mi quehacer, bajo mis propios criterios, buscar qué puedo mejorar, qué puedo involucrar, estar en un constante estudio de lo que se produce a nivel mundial” comentó Sandra Duarte a Radio Universidad.
A lo largo de su carrera se ha visto interesada por diversos géneros, como la música clásica, el jazz, la música contemporánea y en el 2014 decidió retomar la música académica con su composición 25 de julio, pieza para dos pianos dedicada a Guanacaste. A partir de ahí se ha propuesto componer una o dos obras por año y en este 2021 ha realizado múltiples trabajos de composición.
“La música existe gracias a la composición y es parte de mantener viva la música. Mi objetivo es dar el mejor producto que yo pueda y responder cuando se me solicita algo. No hace falta que se toque todo lo que compongo hoy, cuando yo muera mi música va a quedar.”