Es falso que jirafas ticas aporten a preservación de especie en peligro

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Lucía Molina
- doblecheck@ucr.ac.cr

En resumen: No existe base científica para sugerir que la crianza de jirafas en Costa Rica ayude a su conservación biológica. Esta idea equivocada la había promovido el empresario David Patey y fue replicada por el medio AM Prensa en septiembre pasado.

Patey es administrador del zoológico Ponderosa Adventure Park, en Guanacaste. El empresario hizo una denuncia pública en redes sociales a finales de septiembre. En el video acusó a las autoridades ambientales de ordenar la castración o separación de sus jirafas y otros animales.

En el video aseguró que el zoológico “estaba en línea con la ley de vida silvestre”, lo cual ha sido puesto en controversia. Patey sugirió que reproducir a sus jirafas beneficiaba a la especie, pues está en peligro de extinción. También dijo que incluso le “han dicho” que pueden mandar jirafas de vuelta a la vida silvestre. No hay sustento para estas afirmaciones.

Tras la denuncia, el medio de comunicación AM Prensa afirmó que (1) el zoológico Ponderosa Adventure Park ayudaba a preservar una especie de jirafa en peligro de extinción, (2) que contaba con un banco genético y (3) que esta población cohabitaba con el resto de animales “como lo harían en África”.

Ninguna de las afirmaciones tienen sustento:

(1) Personas expertas en conservación consultadas por Doble Check aseguran que las jirafas en exhibición no aportan a la conservación de la especie. El reducido tamaño de su población y el contacto de los animales con humanos imposibilita el regreso a su hábitat natural.

(2) El Colegio de Biólogos no tiene registro de que Ponderosa cuente con un laboratorio de tejidos y óvulos. Tampoco tiene trazabilidad genética de sus especímenes ni supervisores genetistas. Por ello, no se puede decir que este establecimiento turístico tenga un banco genético.

(3) La principal fundación para la conservación de las jirafas en el mundo descartó la utilidad de cualquier programa de recuperación de especies fuera del continente africano. “Las jirafas necesitan ser salvadas en África”, dijo su directora.

Doble Check trató de conversar con David Patey, pero su encargado de prensa informó que se encuentra fuera del país. El empresario no respondió oportunamente las consultas que se le enviaron por correo electrónico. Doble Check también trató de comunicarse sin éxito con AM Prensa.

¿Cuál es la polémica?

A finales de septiembre el administrador del zoológico Ponderosa Adventure Park, David Patey, denunció en redes sociales que la autoridades ambientales solicitaron la castración o separación de sus animales para evitar su reproducción. Dijo que, de lo contrario, serían “liquidadas”.

Ponderosa es un parque con atracciones turísticas acuáticas, aéreas y terrestres ubicado en Liberia, Guanacaste. Entre sus atracciones está un zoológico con alrededor de 300 animales de 11 especies exóticas distintas. Hay avestruces, cebras y jirafas que cohabitan en 70 hectáreas con una libertad limitada.

Patey hace énfasis en las jirafas del zoológico en su denuncia. El empresario dijo que la muerte o castración de estas jirafas sería una gran pérdida. Aseguró que le “han dicho que podemos mandar animales de vuelta a la vida silvestre”.

“Me van a destruir el negocio. Si yo castro, los animales tienen 15 años (…). Si los pongo en jaulas, eso sería triste”, dijo el empresario.

Según una nota de AM Prensa, Ponderosa tiene 15 jirafas reticuladas de las cuales 4 nacieron en Costa Rica. La Coordinadora de Vida Silvestre del Sinac, Angie Sánchez, dijo que a Costa Rica ingresaron solo cinco jirafas y una murió. El resto nacieron en Costa Rica reproduciéndose entre sí. Se trató de confirmar con David Patey la precisión de estos datos, pero no contestó oportunamente.

AM Prensa también aseguró, sin atribuir fuentes, que el zoológico Ponderosa Adventure Park ayudaba a preservar una especie de jirafa en peligro de extinción por medio de un banco genético. El medio agregó que las jirafas cohabitan con el resto de animales “como lo harían en África”.

Las afirmaciones fueron hechas sin atribuirse a una fuente en una nota de setiembre del 2020 y otra de junio del 2019, enlazada a la primera como lectura recomendada.

Ninguna de las afirmaciones tiene respaldo.

¿De dónde nace la denuncia?

La orden a la que hace referencia Patey está estipulada en el Reglamento a la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, aprobado en el 2017.

El administrador de Ponderosa aseguró que la norma es viciosa. Añade que las autoridades no  tomaron en cuenta las observaciones realizadas por los expertos, como las “24 páginas” de observaciones del Colegio de Biólogos.

El Colegio en efecto reportó que, a su criterio, el reglamento tiene 60 errores.

Eso sí, el señalamiento de Patey al reglamento es engañoso. Las observaciones del colegio no están relacionadas con los requerimientos pedidos a Ponderosa. Así lo confirmó la presidenta de ese ente, Anny Chaves. Ella aclaró que los señalamientos se refieren al papel de los regentes y el Colegio de Biólogos.

Ponderosa y la ley

Patey también aseguró en su denuncia que el zoológico estaba en regla con la Ley de Conservación de la Vida Silvestre. Doble Check  encontró controversia con esta afirmación. La coordinadora de Vida Silvestre del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), Angie Sánchez, considera lo contrario: el zoológico no está al día con la ley.

Ponderosa Adventure Park es un zoológico. Esta condición obliga a la empresa a cumplir lineamientos legales para este tipo de centros, como la prohibición de reproducir sus especímenes contenida en el reglamento que Patey objeta. De ahí nace la orden del Estado.

Sánchez sostiene que es incorrecto decir que el problema es del reglamento. El ordenamiento solicitado a Ponderosa está respaldado por la ley en su propia definición de zoológico.

“Por principio de legalidad, el reglamento ordena solo lo que está expresamente autorizado en la norma”, apuntó Sánchez.

La reproducción sin planificación ni estudios no aporta

Los esfuerzos en conservación y preservación de una especie requieren de investigación y planificación. Ponderosa Adventure Park no forma parte de ningún programa de este tipo. Tampoco cuenta con biólogos  que le den trazabilidad al aporte genético de sus animales.

El término “preservación” tiene como objetivo la protección de los animales en su condición natural. Así lo apuntó Anny Chaves, presidenta del Colegio de Biólogos. Por ello es incorrecto utilizarlo en un contexto de cautiverio como el de Ponderosa.

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El contacto de jirafas con humanos es un obstáculo para su reinserción en la naturaleza. Imagen de Ponderosa Adventure Park capturada en setiembre del 2016, cortesía de La Voz de Guanacaste.

Los animales que nacen y crecen en un zoológico están “biológicamente muertos”. Así lo afirmó Eduardo Carillo, del Instituto de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis).  El biólogo aseguró que el aporte de estos animales a la conservación y preservación de especies es prácticamente nulo.

Carrillo aseguró que es necesario formar parte de un programa de conservación para participar en la conservación de una especie. Ese programa le da trazabilidad y estudio al acervo genético de los animales.

Patey confirmó al medio de comunicación Ameliarueda.com que no formaba parte de ninguno.

Tener jirafas no es sinónimo de tener un banco genético

AM Prensa aseguró que Ponderosa tenía un valioso banco genético. Esta afirmación se ha hecho en el pasado por otros medios de comunicación como Repretel y Teletica.

Anny Chaves, presidenta del Colegio de Biólogos, dijo que hay dos formas de respaldar esa afirmación. Una es la apertura de un laboratorio de genética dentro de las instalaciones en el que se almacene tejido y óvulos de los animales. Otra es por medio de estudios de trazabilidad y análisis de laboratorios.

“En ese caso se necesita saber el número de jirafas y de dónde vinieron. También se necesita a genetistas, va más allá de un biólogo regente y no me ha tocado ver un biólogo genetista; solo [ha habido] regentes ahí”, agregó Chaves.

La trazabilidad genética de las jirafas es particularmente complicada porque es difícil delimitar dónde empieza y termina una subespecie para identificar su aporte genético. Así lo  explicó Laura Porras, bióloga y experta en conservación del Icomvis.

Chaves y Porras coincidieron en que la población de jirafas de Ponderosa es pequeña para ser considerada un banco genético.

“Cuando son pocos individuos que se reproducen entre ellos mismos se pierde la calidad.  Así no funcionan para un programa de conservación porque son más propensos a enfermedades y las mutaciones se dejan ver más fácil”, explicó Porras.

El Laboratorio de Genética de la Conservación UCR (Labgecon) también advirtió sobre las “graves consecuencias” que puede tener la reproducción de animales emparentados, como los de Ponderosa.

Ponderosa es un zoológico

En Costa Rica está prohibido que los zoológicos reproduzcan a sus animales en exhibición. La Fiscalía ordenó que ya no podrán haber más nacimientos en Ponderosa o en cualquier otro sitio de manejo no autorizado para este fin a partir de abril del 2021.

Ponderosa tiene varias opciones: castrar sus jirafas, separarlas, someterlas a tratamientos hormonales para evitar embarazos o inscribirse como un zoocriadero.

Si otros sitios de manejo sí tienen posibilidad, ¿por qué los zoológicos no?

“Porque tienen una función educativa, esa es la única justificación y por eso una correcta alimentación, la prohibición de selfies e incluso la reproducción debería usarse para educar a las personas”, explicó la presidenta del Colegio de Biólogos, Anny Chaves.

Los zoológicos están típicamente conformados por animales que no pueden volver a su hábitat natural y que son comprados para exhibición.

¿Qué es un zoocriadero?

Los zoocriaderos pueden ser comerciales o no comerciales. Eso sí, ninguno puede recibir visitación.

Por ejemplo, algunos mariposarios son zoocriaderos que reproducen animales de forma comercial para exportación. Otros zoocriaderos, como el de lapas rojas, reproducen a las aves sin fines comerciales con el propósito de liberación.

Una de las razones por las que los animales se mantienen aislados es para evitar la transmisión de enfermedades del animal a los humanos y viceversa. Por la misma razón el reglamento le solicita a los zoológicos crear rutas que eviten el contacto de los visitantes con animales.

“La Ponderosa no tiene un permiso para reproducir; tampoco es rentable”, dijo Angie Sánchez, del Sinac.

Chaves apuntó la posibilidad de que Ponderosa reprodujera jirafas para intercambiar con otros zoológicos. “Sin embargo hay una línea muy delgada entre el tráfico de especies y esos intercambios, entonces tienen que estar muy controlados”.

…y en África no están esperando las jirafas de Ponderosa

En África no están en búsqueda de genes de jirafa o animales que nacieron en cautiverio. Así lo aseguraron Laura Porras, bióloga del Icomvis, y Anny Chaves, presidenta del Colegio de Biólogos.

Doble Check se puso en contacto con Stephanie Fennessy. Ella es la directora y fundadora de la Fundación de Conservación de Jirafas (GCF por sus siglas en inglés).

GCF es la única organización que se concentra exclusivamente en la conservación y manejo de jirafas salvajes en África. Opera en 16 países del continente.

Fennessy confirmó que su fundación no tiene interés en traer jirafas criadas en cautiverio en Costa Rica.

“Con respecto a traer jirafas de un zoológico a África, en este momento no consideramos esa como una opción posible. Las jirafas necesitan ser salvadas en África y no estamos en una situación en la que sea necesario ese tipo de operación”, explicó Fennessy.

Las condiciones en las que crecen las jirafas en un zoológico no son las mismas que en África y esto influye en su comportamiento sexual y habilidades de sobrevivencia. Esa es la principal razón por la que la GCF no tiene interés en estos animales, contrario a lo afirmado en la nota de AMPrensa.

Las jirafas que crecieron en cautiverio no pueden sobrevivir en las sabanas africanas porque no saben conseguir su propia comida. Crecieron dependiendo de la intervención humana.

“Estas jirafas, cuando estén en la naturaleza, se van a acercar a las personas porque los consideran amigas y en África esas personas podrían ser un cazador”, apuntó Chaves.

También afirmó que cabe la posibilidad de que los especímenes mueran de camino por el estrés que les ocasiona el viaje.

Fennessy sugiere, en su lugar, dos formas en las que cualquier persona puede apoyar la conservación de las jirafas. Una es apoyar económicamente a las organizaciones que trabajan directamente en los países africanos. Otra es ayudarles a crear conciencia sobre la problemática de conservación.

La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) incluye estrategias que benefician la conservación de las poblaciones vulnerables de jirafas.

La estrategia puede variar entre especie y subespecie, pero todas se llevan a cabo en su hábitat natural en África.

Las jirafas sí pertenecen a una especie vulnerable

Las jirafas tienen una alta probabilidad de convertirse en una especie en peligro de extinción. La Lista Roja de la UICN considera a esta especie nativa de África (Giraffa camelopardalis) como una especie vulnerable.

“Algunas poblaciones de jirafas se mantienen estables o aumentan, mientras que otras están disminuyendo, y cada población está sujeta a la presión de amenazas específicas de su país o región local, pero la tendencia a nivel de especie revela una gran disminución general en el número en toda su área de distribución en África”, apunta la UICN en su Lista Roja.

La UICN calcula un declive de la Giraffa camelopardalis de un 36-40% en el número de jirafas adultas entre 1985 y el 2015. La población pasó de alrededor de 110 mil jirafas a 68 mil.

David Patey está en lo correcto cuando afirma que la jirafa reticulada (Giraffa reticulata) es una de sus subespecies en peligro de extinción. Se estima que su población pasó de alrededor de 36.000 o 47.000 mil individuos en 1990 a 8.600 en el 2016. Es decir, hubo una reducción de alrededor de un 80%.

En el 2016 Julian Fennessy, un especialista en jirafas de la UICN, dijo que las jirafas sufrían una “extinción silenciosa”. ¿Por qué? Pertenecen a una especie que comúnmente se ve en los zoológicos y por esta razón las personas consideran que es una población saludable.

La invisibilización de esta problemática se refleja en la poca investigación y esfuerzos de conservación de la especie. Aunque esta situación ha mejorado los últimos cinco años la tendencia en la población de la jirafa reticulada se mantiene decreciente.

Nota del editor: Las fotos de esta nota fueron tomadas por David Bolaños, y son usadas por cortesía de La Voz de Guanacaste.

 

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