En resumen: El presidente Carlos Alvarado afirmó, a través de una publicación en Facebook, y a través de un comunicado oficial que el déficit fiscal del 2018 había cerrado en 6% del PIB: una reducción del 1,2% (sic), respecto al proyectado de 7,2% del PIB.
La cifra es correcta pero Alvarado sobredimensiona el logro al compararlo con una proyección, en lugar de usar los datos del año anterior. En realidad, la disminución fue de 0,2 puntos porcentuales, si se compara con el 2017.
Además, aunque la caída es importante, es mucho menor a la que ya se había alcanzado en el 2016, en plena crisis fiscal y sin una reforma tributaria aprobada. Ese año el déficit disminuyó en 0,43 puntos porcentuales con respecto al año anterior: casi el doble de lo que ha conseguido el actual gobierno.
De hecho, el logro resaltado por Alvarado al comparar el déficit con la proyección también había ocurrido en el 2016. En ese año el gobierno de Solís también había alcanzado una caída de casi un punto porcentual en el déficit, con respecto al proyectado por el Banco Central.
Según la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, el gobierno comparó ese dato con el proyectado debido a que ese era el que usaban los organismos internacionales. Sobre el cambio del 2016 adujo que la caída de entonces se produjo por nuevos ingresos, mientras que la del 2018 se produjo debido a recortes en el gasto.
Comparar con proyecciones
En una publicación en Facebook y en un comunicado de prensa del Ministerio de Hacienda, el presidente Alvarado destaca una reducción de un 1,2% (sic) del PIB en el déficit fiscal, con respecto a lo proyectado. Así, el déficit fiscal del 2018 cerró en 6,0%, en lugar de un 7,2%, que era lo esperado por el Banco Central de Costa Rica.
En realidad, usar ese dato sobredimensiona el logro. La evolución del déficit debería compararse a partir de lo que ha ocurrido en años anteriores, y no a partir de proyecciones que son expectativas de lo que podría suceder en el futuro.
Efectivamente, el gobierno logró disminuir el déficit, pero esa caída fue de 0,2 puntos porcentuales con respecto al año anterior.
La ministra de Hacienda explicó por qué se hizo la comparación con esa cifra.
“Efectivamente en la presentación del día de hoy se dijo eso, pero no solo se usó el proyectado. Lo que pasa con el proyectado es que los organismos internacionales (el BID, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional) habían considerado que al cierre de 2018 estaríamos cerca del 7,2%, que era lo proyectado”, señaló.
Parte del logro del gobierno en el 2018 se debe a recortes en los rubros de gasto (se recortó en todas las partidas menos en intereses) y a los ingresos recibidos por la amnistía tributaria, según datos del Ministerio de Hacienda.
En contexto
El presidente tampoco contextualiza que la caída no es inusual, y que —incluso— es menor a la que la administración anterior había conseguido en el 2016, cuando no había una reforma tributaria aprobada.
Ese año, la cartera de Hacienda había conseguido que el déficit pasara de 5,69% en 2015 a 5,26% en el 2016: una reducción de casi el doble que la actualmente presentada por Alvarado.
De hecho, para ese año, el Ministerio de Hacienda esperaba que el déficit cerrara en un 6%, por lo que también entonces la administración anterior había logrado una reducción de casi un punto con respecto a la expectativa del Banco Central.
A diferencia de la amnistía tributaria y los recortes en gasto, el Ministerio de Hacienda de aquel entonces había conseguido consolidar un aumento en la recaudación del impuesto de la renta, contener el aumento en los intereses e incorporar otros ingresos que no se habían empleado, como unos aportes de cuotas de pensiones con cargo al presupuesto, según detalló el exviceministro de Hacienda de la época, Fernando Rodríguez.
Ante la consulta de Doble Check, la ministra Aguilar resaltó que existe una diferencia entre el caso de 2016. Para la jerarca, en ese año el gobierno logró obtener más ingresos, mientras que en el 2018 el gobierno recortó más el gasto.
“La razón de la caída del 2017-2018 obedece fundamentalmente a el esfuerzo en contención del gasto”, señaló. “Si usted se fija entre el 2015 y el 2016 el gasto bajó 0,05 del PIB. En el período 2017-2018 el gasto baja en 0,39 del PIB. Es más, si usted le quita los intereses baja en 0.83 puntos. La diferencia entre uno y otro es que en este año el énfasis se dio en el gasto, y en el otro, en los ingresos”, dijo a Doble Check.
La jerarca agregó que la caída del 2016 no se mantuvo en los años siguientes, mientras que Hacienda espera que la caída en el 2018 se mantenga durante el 2019, debido a los recortes presupuestarios y la aprobación de la reforma fiscal. Adujo también que el anterior gobierno enfrentó un escenario favorable de cero inflación, mientras que este enfrentó -más bien- un menor crecimiento del PIB.
Punto porcentual no es lo mismo que porcentaje
Hay otro error en la publicación de Alvarado, uno de concepto.
Si el Banco Central esperaba un déficit de 7,2% del PIB, y el ejecutivo consiguió cerrar el año con uno de un 6%, la diferencia fue de 1,2 puntos porcentuales, no de un 1,2%.
Un punto porcentual es distinto a un porcentaje. Supongamos que usted recibe el 10% de las ganancias de una empresa. El año pasado la empresa ganó un millón de colones, así que usted recibirá 100.000 colones. Se hicieron ajustes en la empresa, y este año usted solo recibirá un 9% de las ganancias. Este año, la empresa ganó un millón de colones otra vez, así que usted recibió 90.000.
Sus ingresos, al final cayeron en una décima parte de lo que recibía (bajaron en 10.000 colones): cayeron en un 10%, y sin embargo, el porcentaje solo cambió en un punto porcentual, de 10 a 9.
Si el dato del presidente fuera cierto, una caída de un 1,2% en el porcentaje del PIB habría significado que el déficit pasó de 7,2% a 7,11%.