Educación inclusiva: escuchar para transformar

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Guiselle Mora Noguera
- guiselle.moranoguera@ucr.ac.cr

La educación inclusiva no se trata únicamente de infraestructura o adaptaciones físicas. Es una forma distinta de entender los vínculos, el respeto y el derecho a aprender. 

Un derecho. Así catalogó el docente e investigador de la Escuela de Educación Especial de la Universidad de Costa Rica, William Solís al término inclusión. En entrevista en el programa Saber Vivir, Solís cuestionó la manera en que este término se ha vuelto común sin necesariamente implicar transformaciones reales.

“La inclusión es un discurso que está en todos lados, en medios, en las aulas y en las políticas públicas, pero no siempre asumimos la responsabilidad política que implica decirlo”. El investigador dijo que la educación inclusiva no es un favor ni una concesión, sino un derecho humano y que como tal va más allá de las rampas o los ajustes técnicos.

“Cuando hablamos de educación inclusiva, hablamos de un derecho. No es una buena intención, es una obligación del Estado y de la sociedad” – William Solís, investigador.

Asimismo, la calidad de la educación va de la mano con la inclusión, una depende de la otra. Esto porque, según Solís, en un buen sistema educativo todas las personas pueden participar.

De acuerdo con Solís “la educación inclusiva empieza cuando dejamos de preguntar qué tiene la persona y empezamos a preguntar quién es”.

LA ESCUCHA: ABRIENDO ESPACIOS REALES

Uno de los ejes centrales del diálogo es la escucha como herramienta transformadora dentro del sistema educativo. No se trata solo de oír, sino de abrir espacio real al otro.

“La educación inclusiva se construye desde la convivencia, desde la apertura al otro, desde el diálogo real” aseguró Solís y agregó que escuchar implica también cuestionar prácticas históricas profundamente arraigadas.

“Incluir es cuestionar las relaciones, las normas y las formas en que históricamente hemos organizado la educación”. En esa lógica, la escucha no es un gesto simbólico, sino una acción cotidiana y concreta para permitir que la persona se defina por sí misma y defina sus necesidades.

Otro de los planteamientos más fuertes que se trató en la entrevista es que la inclusión no puede quedarse en el ámbito educativo. Si la sociedad sigue siendo excluyente, la escuela no puede funcionar como una isla.

“No tiene sentido hablar de educación inclusiva si no cuestionamos las estructuras desiguales de la sociedad” – William Solís, investigador.

“No podemos formar personas para una vida mejor si sabemos que afuera las espera un sistema laboral excluyente”. La inclusión, sostiene Solís, debe garantizar oportunidades reales en todos los ámbitos con empleos de calidad, de oportunidades reales y un mercado laboral verdaderamente inclusivo.

Escuche más sobre el tema en la entrevista completa:

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