Un bombero denunciado por agresión sexual contra una compañera fue sancionado por la entidad con solo ocho días de suspensión. Luego un Tribunal lo condenó por abuso sexual. Él siguió trabajando en Bomberos, pero a su víctima la dejaron sin nombramientos. Esta es su historia.
Un funcionario del Benemérito Cuerpo de Bomberos fue condenado penalmente por abuso sexual en contra de una compañera de trabajo, delito que cometió cuando estaban en labores dentro de la misma institución. Como su sentencia fue de solo tres años, logró un beneficio de ejecución condicional por lo cual no fue a prisión.
Él siguió trabajando en la entidad. Por el contrario, su víctima, quien estaba interina, se quedó sin nombramientos en esa institución.
Este medio conversó con ella en el marco de una investigación sobre despidos injustificados en el Cuerpo de Bomberos. La exfuncionaria pidió la reserva de su identidad. Su caso es distinto al de otros testimonios pues, al estar interina, no se le aplicó ninguna norma como el cuestionado artículo 123 de la Convención Colectiva que permite ceses sin causa justa, sino que solo se le dejó sin nombramientos.
Según su relato, la agresión ocurrió en el 2018. Ella denunció primero administrativamente, pero el proceso culminó con una sanción de solo ocho días de suspensión para el agresor, de nombre Oscar Murillo Muñoz, de acuerdo con la información suministrada por el director de Bomberos, Héctor Chaves León, a este medio.
La afectada presentó luego una denuncia penal que finalizó en el 2023 con una sentencia condenatoria para su agresor, quien pudo seguir laborando con normalidad.
Mientras que los nombramientos de ella comenzaron a reducirse progresivamente, según contó. Llegó el punto en que la llamaban por un solo día y después, la dejaron por completo sin nombramientos, relató.
El director de Bomberos negó que a la funcionaria se le haya despedido a raíz de la denuncia que interpuso por agresión sexual. El jerarca adujo que la funcionaria no aprobó pruebas requeridas y, aunque se comprometió a enviar la documentación de respaldo, al cierre de esta entrega no la había remitido.
Mientras que la afectada calificó los alegatos de Chaves como falsos y consideró que sí se le despidió en represalia por su denuncia.
La agresión
Según el relato de la denunciante y documentos revisados por Interferencia, ella inició en Bomberos como voluntaria en el año 2010, cuando además comenzó a estudiar para convertirse en paramédica de la misma institución. Posteriormente, en 2015 fue incorporada bajo un régimen de contratación temporal. En 2016 comenzó a laborar como paramédica suplente, ante la necesidad de cubrir ausencias durante los periodos de vacaciones del personal.
Recordó que en aquel entonces andaba de estación en estación, donde la necesitarán, allí se movía. Casi nunca tenía tiempo libre. La mayoría del tiempo se encontraba en la estación de Desamparados.
El 31 de julio del 2018, la contactaron porque la requerían en la Estación Central de los Bomberos en San José y se trasladó.
La jornada pronto se convirtió en una pesadilla, de acuerdo con su testimonio. Durante ese día de trabajo, recibió comentarios vulgares y groseros por parte de sus compañeros, por lo que se sentía incómoda en esa estación, afirmó.
Dos días después, el 2 de agosto del 2018, ella se quedó en la estación reparando un vehículo junto a otros compañeros. Entonces, uno de los bomberos mencionó que no le cabían las manos en un espacio reducido, por lo que ella se ofreció a colaborar. Se acostó bocarriba dentro de la gaveta de la unidad, un compartimento del camión de bomberos en el que se guardan las herramientas utilizadas en emergencias, con el fin de soltar unos tornillos. Fue en ese momento cuando su agresor, Oscar Murillo Muñoz, se le subió encima, le prensó las piernas con las suyas, sujetó sus manos con una mano y con la otra le tocó los senos por encima de la ropa, según narró la denunciante y se comprobó en el proceso judicial.
“Yo me quería vomitar y el tipo me manoseaba y me manoseaba delante de todo el resto de los bomberos que había ahí, que eran bomberos voluntarios”, expresó ella.
Narró que entonces se levantó llorando y que Murillo solo se reía mientras le decía “relájese y disfrute, que usted no va hacer nada”. Incluso comentó que los testigos se reían y que uno de estos se limitó a decir: “Si a mí me preguntan, yo no vi nada”.
Durante el resto del día, ella se escondió. Tenía una jornada de 24 horas y su jefe no se encontraba. “Ese día dormí en mi carro, que era donde yo sentía seguridad porque tenía seguros y yo decía: ‘si sale alguna emergencia, no me importa, no voy’”, relató.
Al día siguiente, esperó a que llegara el encargado y le contó sobre lo ocurrido. Según recordó, la enviaron a la casa y luego la llamaron para pedirle que enviara un correo con la denuncia interna. Ella lo hizo y a partir de ahí se suponía que el proceso estaba en curso.
La denunciante narró que, poco después, fue citada a oficinas centrales a una supuesta reunión con el director de Bomberos, Héctor Chaves León. Pero sostiene que, al llegar, se encontró con un escenario de revictimización: la colocaron en el centro de una sala, con varias personas observándola, le hicieron recrear en repetidas ocasiones cómo había sido abusada. No tenía abogado ni nadie que la defendiera. Relató que se encontraban también representantes del Sindicato Costarricense de Bomberos y Afines (Sicobo), abogados del agresor e incluso Héctor Chaves.
“A mí eso me mató, a la fecha. (…) Me volvieron a usar. Me hicieron revivir eso un montón de veces. Sentí que abusaron de mí nuevamente”, expresó.
La víctima dijo a este medio que además era objeto de intimidaciones, pues otros bomberos le decían que nadie le iba a creer, que ella no tenía plaza fija.
Contó que incluso luego recibió amenazas por medio de llamadas y mensajes de texto desde números prepago. Pasó de tener nombramientos mensuales a solo un día de trabajo.
Según indicó, en el 2021, durante sus últimos nombramientos, la enviaron a la Estación Metropolitana Norte, donde también había sido trasladado su agresor.
Durante ese último nombramiento vivió con miedo hasta que, sin explicación alguna, dejaron de darle nombramientos, de acuerdo con su testimonio. Añadió que los días pasaron y que ella insistía en conocer el avance de su proceso, pero que jamás recibió respuestas claras ni apoyo por parte de la institución.
El director de Bomberos, no obstante, afirmó a Interferencia que el proceso administrativo sí culminó con una sanción de ocho días de suspensión para Murillo y rechazó que a la denunciante se le volviera a pedir trabajar cerca de su agresor.
Chaves argumentó que el castigo de solo ocho días de suspensión se tomó con base en la información disponible en ese momento, particularmente sobre “el grado de certeza de las pruebas y los testimonios”, lo que según él únicamente permitía una sanción de ese tipo. El jefe de Bomberos se comprometió a enviar a este medio el acto final firme de la sanción impuesta a Murillo, no obstante, al cierre de edición, no lo había hecho.
También rechazó que la funcionaria haya sido dejada de llamar a trabajar a raíz de ese caso y afirmó que, aunque la denuncia fue en el 2018, ella continuó laborando hasta el 2021. Chaves sostuvo que se le dejó sin nombramientos porque no pasó las pruebas requeridas y se comprometió a enviar información tanto sobre los exámenes como el detalle de nombramientos, pero al cierre de este reportaje, no lo había hecho.
La afectada, por su parte, aseguró que solo una vez perdió la prueba y que el resto de las citaciones se realizaban en momentos en que le resultaba imposible asistir: en una ocasión tenía una fractura en el pie, en otra atravesaba una situación médica, o la llamaban después de meses sin contacto, cuando no estaba en condiciones físicas para presentarse. Según su testimonio, la forma en que se le programaban las evaluaciones parecía diseñada para que no pudiera superarlas.
También narró que, agotada de ser silenciada, en el 2022 presentó una denuncia en vía penal.
El 20 de setiembre del 2023, Oscar Murillo Muñoz fue condenado por el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San José a tres años de prisión por el delito de abuso sexual contra persona mayor de edad. Tras la condena, se le otorgó el beneficio de ejecución condicional de la pena, es decir, un período de prueba de tres años en el que evita ir a la cárcel mientras no cometa otro delito.
Murillo presentó un recurso de apelación el 9 de octubre de 2023, pero no tuvo éxito. El 20 de junio de 2024 el Tribunal de Apelación de Sentencia Penal del Segundo Circuito Judicial de San José lo declaró sin lugar y mantuvo la condena.
Tras la sentencia penal, Bomberos no impuso ninguna nueva sanción administrativa y Murillo continuó en su puesto. Según Chaves, ya no se podía “porque el caso está cerrado y existe normativa que protege a los trabajadores en ese sentido”. Aunque Bomberos pudo aplicarle la cuestionada norma 123 de la Convención Colectiva para despedirlo sin causa justa, para este caso no se hizo.
Interferencia se comunicó con el bombero Murillo, pero declinó referirse a este proceso.
“Sola”
Para la denunciante, en el Cuerpo de Bomberos nunca mostraron interés en brindarle apoyo. Incluso descubrió que esa entidad no comunicó su denuncia a la Defensoría de los Habitantes, a pesar de lo que establece el artículo 7 de la Ley contra el Hostigamiento Sexual en el Empleo y la Docencia. Dicho artículo indica que todas las instituciones públicas deben informar de manera inmediata a la Defensoría sobre cualquier caso de hostigamiento o abuso sexual, con el fin de que esta pueda asesorar y supervisar la legalidad del proceso.
La víctima afirmó que el director de Bomberos le dijo que sí se había trasladado esa información a la Defensoría, pero una certificación emitida por esta entidad el 11 de septiembre del 2024 señala que no se había recibido tal caso.
Chaves alegó que, al darse a conocer la noticia, se consultó a la Defensoría, la cual inicialmente respondió que no tenía registro del caso. Sin embargo, según dijo, inmediatamente después se presentó el oficio que demostraba que sí se había informado, por lo que la Defensoría rectificó su respuesta. Aunque el funcionario se comprometió a enviar esa supuesta rectificación, al cierre de esta edición no lo había hecho.
Pero además, un oficio de la Defensoría de los Habitantes, fechado el 1 de noviembre de 2024, indica que fue hasta el 29 de octubre de ese año que recibió una copia del oficio del 3 de septiembre de 2018. A partir de esa documentación, la Defensoría tuvo conocimiento de que se había iniciado un procedimiento disciplinario en relación con una denuncia por hostigamiento sexual contra un funcionario y como ya el proceso debía de haber terminado, pidió conocer el resultado. Por ello, fue hasta el 5 de diciembre de 2024 que el Cuerpo de Bomberos remitió dicha resolución final a la Defensoría.
La denunciante relató que en medio de todo esto fue víctima de hostigamiento laboral y que todo el proceso impactó profundamente su vida personal e incluso su estado de salud.
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