En resumen: El Gobierno difundió en diciembre que la baja inflación actual significa “un costo de vida muy bajo” en Costa Rica. La afirmación es incorrecta porque confunde dos conceptos económicos: inflación y costo de vida, según explicaron a Doble Check dos investigadoras del Banco Central (BCCR) y del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica.
La inflación muestra cómo cambian los precios de bienes y servicios en un lapso determinado, lo que refleja la estabilidad del poder adquisitivo dentro de un país. El costo de vida, por otra parte, compara cuánto valen esos mismos productos y servicios en diferentes países o regiones en un momento específico. Una baja inflación sugiere estabilidad en los precios, pero no necesariamente significa que el costo de vida sea bajo, como lo explicó Melissa Vega, investigadora del Banco Central y autora de un estudio publicado por esa institución en el 2024 sobre comparaciones internacionales de precios.
En Costa Rica, la inflación interanual cerró en diciembre en 0,84%, y se mantuvo por debajo del 1% durante todo el 2024. El análisis de Vega, basado en datos al 2020, revela que Costa Rica enfrenta altos costos en categorías esenciales como lácteos, bebidas, cereales y frutas, superando incluso a países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a pesar de que esas naciones tienen ingresos per cápita significativamente más altos. Aunque Costa Rica tiene mediciones regulares de inflación, Doble Check no halló datos recientes que permitan evaluar con precisión el costo de vida actual en comparación con otros países.
¿Qué dijo el Ejecutivo?
En la conferencia de prensa del 11 de diciembre pasado, el presidente Rodrigo Chaves y el ministro de Economía, Francisco Gamboa, destacaron la baja inflación en la economía nacional. El espacio se acompañó con un video cuya locución indicaba: “Costa Rica es el país con la inflación más baja del mundo. Sí, escuchó bien: del mundo. Así lo refleja el portal de estadísticas alemán, Statista. Esto significa que tiene un costo de vida muy bajo”.
Doble Check contactó al Ministerio de Economía y a Casa Presidencial para obtener una ampliación sobre ese anuncio, pero no se obtuvo una respuesta oportuna.
Inflación y costo de la vida
El Gobierno expresa un mensaje erróneo cuando asocia poca inflación en Costa Rica con un costo de vida bajo. “La afirmación es incorrecta porque el hecho de que tengamos en los últimos meses una de las inflaciones más bajas de América Latina o del mundo no significa que Costa Rica sea un país barato”, señaló Daniela Córdoba, investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
La inflación mide el cambio en los precios de una canasta específica de bienes y servicios, diseñada con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (ENIG). Córdoba advirtió que esa canasta tiene algunas limitaciones pues no refleja completamente los costos reales que enfrentan las familias, especialmente en un país con características socioeconómicas tan diversas como Costa Rica. Por ejemplo, los precios monitoreados se concentran en zonas urbanas, principalmente en el Gran Área Metropolitana (GAM), lo que deja fuera los costos enfrentados por quienes viven en áreas rurales o periféricas.
Melissa Vega, investigadora del Banco Central de Costa Rica (BCCR), coincidió en que hay un error en el mensaje del Ejecutivo. La economista explicó que la inflación se refiere a la pérdida del poder adquisitivo del dinero a través del tiempo, un fenómeno que suele reflejarse en experiencias cotidianas como las de “la abuelita que nos decía que, antes, con ₡30.000 podíamos comprar un montón y ahora ya no alcanza para nada”. En contraste, la investigadora aclaró que el costo de vida es una comparación entre países, y está relacionado con el análisis de “una lista de bienes y servicios para determinar si es más barato comprar esta cesta en Costa Rica, en Chile, en México o en algún país de Europa”.
Para ilustrar esa diferencia, Vega señaló el caso de Japón, un país conocido por mantener una inflación muy baja pero con uno de los costos de vida más altos del mundo, lo que evidencia que ambos conceptos no están directamente vinculados.
Costo de la vida en Costa Rica
Medir el costo de vida de Costa Rica frente a otros países presenta desafíos considerables debido a la falta de datos estandarizados que permitan comparar productos de manera uniforme. Una investigación realizada por Melissa Vega, Evolución del costo de vida de Costa Rica en comparación con los países de la OCDE y ciudades de Latinoamérica, publicada por el BCCR en agosto pasado, utilizó los datos más recientes y comparables disponibles, que corresponden al 2020, para ofrecer una aproximación a estas diferencias.
El estudio de Vega halló que, en términos generales, Costa Rica tiene un costo de vida inferior al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aunque es superior al de otras economías de ingreso medio-alto en América Latina, como México y Colombia.
El nivel de precios costarricense se alinea con el de Chile, una nación comparable en términos económicos. Sin embargo, cuando se desglosan los datos por categorías de productos, el panorama se vuelve más revelador: Costa Rica muestra índices de precios más altos que Chile en seis categorías de productos, cinco de las cuales pertenecen a los grupos de mayor peso en el presupuesto de los hogares, como alimentos y transporte.
El estudio también detectó que productos como leche, queso y huevos en Costa Rica cuestan entre 24% y 26% más que en países de la OCDE y hasta 28% más que el promedio de América Latina. Las bebidas gaseosas y el agua embotellada también son considerablemente más caras, con precios entre 19% y 22% superiores a los de la OCDE y hasta 29% más altos que en Latinoamérica. Además, los precios del pan y cereales superan de 5% a 7% los de la OCDE, y entre 13% y 25% los de la región latinoamericana.
El impacto es aún más evidente en categorías como frutas, vegetales y papas, que son hasta 9% más costosas que en los países de la OCDE, y entre 32% y 41% más costosas que en América Latina. Estas diferencias, según el informe, podrían verse influenciadas por barreras de entrada de productos, falta de competencia, aranceles y la participación estatal, factores que podrían estar encareciendo el costo de vida en algunos sectores para los consumidores costarricenses.