El síndrome del Burnout, una alarma silenciosa

Avatar por defecto
Lucía Mata Ramos
-

“Es muy conocido como síndrome de desgaste profesional, de síndrome de sobrecarga emocional, de síndrome del quemado o síndrome de fatiga en el trabajo” explicó la Dra Lucrecia Retana, Psicóloga clínica. 

El Síndrome de Burnout es una respuesta evasiva crónica que se caracteriza por actitudes y sentimientos negativos. Estos pueden ser hacia las personas con las que se trabaja e incluso hacia el propio rol que esté desempeñando. Igualmente, estos sentimientos se pueden manifestar por la vivencia de encontrarse agotado en diferentes áreas.   

El síndrome de Burnout implica una reacción a un estrés crónico y es cada vez más constante en la sociedad actual. La Dra. Lucrecia Retana señala que el Colegio Profesional de Psicólogos realizó en el 2020 una encuesta sobre el tema. Los resultados revelaron que 7 de cada 10 trabajadores habían experimentado el síndrome. En este mismo año, el estrés provocó que unos 2100 trabajadores acudieran a centros médicos públicos en busca de incapacidades y se otorgaron 20 500 días de incapacidad de licencia, un promedio de nueve días por trabajador.   

El síndrome de burnout es un problema complejo influenciado por diversos factores. Entre los factores de riesgo se encuentran la edad, el género, las variables familiares y la personalidad de cada individuo. Externamente, la inadecuada formación profesional, un entorno laboral desfavorable y los bajos salarios contribuyen significativamente al desarrollo de este síndrome. Además, factores sociales como la presión por ser un profesional de prestigio también juegan un papel crucial en su aparición. 

Es posible hacer un examen de conciencia para determinar si es partidario de este trastorno. Existen tres indicadores principales que debe identificar. El primero es el agotamiento emocional, que se manifiesta en sentimientos de negativismo y desapego. El segundo signo es la despersonalización, donde el individuo se siente desconectado de su entorno y de sí mismo. Finalmente, el abandono de la realización personal es un indicador clave, reflejándose en la pérdida de interés y satisfacción en las actividades que antes se disfrutaban. 

Burnout

FASES DEL SÍNDROME DE BURNOUT

Así como en las quemadoras, la Dra. Lucrecia Retana señala que el trastorno de sobrecarga se esquematiza en cuatro niveles, cada uno con características distintivas que reflejan la progresión de este desgaste profesional.   

En el nivel leve, las personas pueden experimentar quejas vagas. Esta fase es un indicador de que la carga laboral o emocional que se tomó es mayor de lo que se puede manejar, y se manifiesta en el abandono de ciertas actividades de rutina diaria o de interés personal para cumplir con estas tareas, resultando en un estrés agudo. 

A medida que el burnout avanza al nivel moderado, surgen actitudes como el cinismo, el aislamiento, la negligencia y el negativismo, junto con la sensación de que, a pesar de los esfuerzos por adaptarse, los resultados no son satisfactorios, lo que representa un agravante en el malestar emocional.  

En el nivel grave, el impacto es más notorio y preocupante. Las actitudes descritas anteriormente sumado a una profunda apatía y percepción de pérdidas significativas en diversas áreas de la vida se empiezan a manifestar en acciones que tienen repercusiones relevantes en la persona. Estas acciones pueden ser ausentismo laboral, aversión y, en algunos casos, hasta el uso de sustancias para sobrellevar la situación.  

Finalmente, el nivel extremo de burnout es el más alarmante, ya que puede llevar a un colapso total, con manifestaciones de cuadros psiquiátricos, un deterioro psicofísico severo y, en casos extremos, conductas o pensamientos suicidas, subrayando la necesidad urgente de intervención y apoyo profesional. 

“Es una humanidad que se está descuidando desde sí misma, estamos tan en contacto a veces hacia afuera y estamos teniendo muy poco contacto con nosotros mismos.” Dra. Lucrecia Retana, psicóloga clínica. 

Este descuido personal puede tener serias repercusiones en nuestra salud mental. Es esencial, por tanto, adoptar prácticas de autocuidado y revisar los propios hábitos para mantener un equilibrio saludable. Los métodos de relajación y encontrar técnicas que mejor se adapten a las necesidades de cada uno, pueden ser efectivos para reducir el estrés y prevenir el agotamiento. 

A nivel organizacional, es crucial implementar estrategias que se ajusten a las necesidades del trabajador, como la formación en técnicas de automanejo, la atención de crisis, la mejora en la comunicación, y la reestructuración y rediseño del entorno laboral. A nivel personal, prestar atención, escuchar y establecer metas realistas.  

Es igualmente importante establecer límites sanos y dar respiros al cerebro cuando sea necesario. Reconectar con el propósito de nuestro trabajo. Esto puede ofrecer un sentido renovado tanto a nuestra vida profesional como personal, ayudando a mitigar el riesgo de burnout. 

Para conocer más sobre el tema, encuentre aquí la entrevista completa del programa Una Hora con la Salud. Este programa es una coproducción con la Escuela de Salud Pública y se transmite los martes a las 10 de la mañana a través de la Radio 870 UCR. 

0:00
0:00
Lista de Reproducción