Masculinidades que matan

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Javier Barrantes Avendaño
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Editora Web;  Mariana Rivera Ramírez.

“Había una vez un hombre con muchos problemas… ”  Podríamos terminar la frase con diferentes situaciones e inventar la historia de un personaje que sufre sin pedir ayuda hasta la muerte. Sin embargo no hace falta un escenario ficticio porque esa es la realidad que viven muchos hombres en nuestro país.

Según el Ministerio de Salud en Costa Rica un 84% de los suicidios son de hombres.  Aunque estas muertes son multicausales, la decisión de muchos de los hombres de terminar con su vida está directamente ligada a la represión de sus emociones, a la imposibilidad de hablar de sus problemas y de pedir ayuda. 

Para entender un poco más sobre la razón de este comportamiento en los hombres, es necesario comprender  ¿Qué se entiende por masculinidad o masculinidades? 

Masculinidad es la forma de enseñar a ser hombre, cómo aprendemos este rol de ser hombres, el problema radica en que se creía que solo había una forma de serlo y hoy sabemos que no es así, hay muchas formas.

A esto se le llama “masculinidades”, explica el Msc Esteban Navarro Díaz, profesor de la Universidad de Costa Rica y psicólogo del Instituto WEM (WEM es un vocablo del grupo indígena costarricense Bribri, que significa “hombre”). 

El contexto histórico de este término se vincula a la segunda ola del feminismo, agrega Navarro: 

Existen muchos tipos de masculinidades y varían de cultura en cultura, dependiendo de factores como la geografía, etnicidad, clase social, entre otros. Por ejemplo si crece en el campo o en la ciudad, si se pertenece a una clase alta o clase baja, si se es un hombre adulto o un hombre joven, por mencionar algunos de los muchas  condiciones que determinan la masculinidad. 

Navarro comenta el caso de Nora Vincent quien, por 18 meses, decidió hacer un estudio en el que disfrazó de hombre al que llamo “Ned”, ella lo documento. Escuchá  parte de los hallazgos que obtuvo de su investigación: 

En nuestra sociedad hemos crecido asumiendo mandatos acerca de cómo se debería comportar un hombre y una mujer. Estos roles condicionan las relaciones personales.  

Tener una posición de superioridad o ser un género que se considera superior, en una lógica patriarcal implicaría tener que mantener ese estatus e implica ciertas reglas o que generan malestar a las mismas personas. No es solamente es hombre y ya tiene privilegios”. Msc Esteban Navarro Díaz.   

En la cultura costarricense si sos hombre, tenés que demostrarlo, ser valioso, tenés que competir, tenés que hacer aquello”, reflexiona el psicólogo. Estos privilegios no necesariamente dan la posibilidad de ser superior, sino que hay que ganarse ese lugar y una vez conseguido, por lo general se debe defender.  

Este juego de poder implica, la mayoría de las veces, una competencia que hace daño a terceras personas y a la persona misma; y es que en nuestras sociedades existen marcadores de virilidad que en la cotidianidad se asumen como normales y no lo son: 

“Los hombres no lloran”

  “Parecés una güila”

“No sea gallina”

“Esas cosas no son de hombres”

“Mándese, no sea pendejo” 

“Cuidado se te quiebran las uñas”

Los mandatos del patriarcado en nuestras sociedades promueven una masculinidad hegemónica. Esto es caldo de cultivo para que lo hombres disfracen sus debilidades y malestares para evitar ser vulnerables antes los ojos de los demás.

Identificar el machismo no es suficiente para transformar esta problemática. Es necesario construir una masculinidad positiva. 

Esteban recalca la importancia de comprender que trabajar a favor de los hombres no es hacerlo en contra de las mujeres, los hombres también sufren”. Puede que lo asumamos, pero muchos hombres no saben que pueden hacerlo y llegan al límite. 

La educación es clave para hacer frente a estas conductas perjudiciales, pues no basta con señalar a un hombre que está teniendo un “comportamiento machista”, explica el especialista. Es fundamental educar desde la concientización de las raíces históricas y culturales de los roles de género aprendidos. 

Otras masculinidades posibles 

Pero no todo es negativo o está perdido, no todas las masculinidades son malas, existen masculinidades positivas que buscan generar un cambio. Un mundo donde los hombres se expresan, hablan de sus problemas con naturalidad. 

Es importante recalcar y saber diferenciar que una masculinidad positiva no busca victimizar, culpabilizar o responsabilizar al Estado o la mujer, sino más bien, apoyar en esta lucha que nos involucra a todos. 

En nuestro país existen proyectos de masculinidad que se promueven desde municipalidades y otras instituciones. En el sector público, se creó una red masculinidades, tanto en escuelas y colegios de algunas zonas del país. 

Asimismo, hay línea de apoyo para los hombres en 9-1-1 y grupos de terapia psicológica o activismo en el Instituto WEM. Con estas iniciativas se busca mejorar la salud mental, el cuidado personal, el bienestar de las personas y así evitar más muertes por a causa del silencio y la represión. 

Para complementar este tema, te recomendamos repasar el programa de Sexo Sentido 22 de noviembre, donde se conversó acerca de cómo afecta la masculinidad patriarcal el ámbito sexual de los hombres:

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