Juan Diego Castro se enfrenta a un viejo rival en un juicio contra alumna de UCR: ‘No le meto un tiro porque creo en Dios’

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Hulda Miranda Picado (hulda.miranda@ucr.ac.cr)
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El testigo estaba listo para declarar, pero no hubo tiempo. El juicio se suspendió mucho antes de lo previsto y cerró la jornada con gritos, insultos, oficiales de seguridad vigilando a un conocido abogado y la advertencia del Tribunal de que otro exabrupto y no le permitirían ejercer más en este debate.

Ocurrió en la sala número 4 del Tribunal Penal de Goicoechea, poco después de las dos de la tarde. El abogado que profirió los insultos es Juan Diego Castro, el conocido penalista que además de ser exministro de Seguridad y de Justicia también fue candidato presidencial en la contienda del 2018 con el Partido Integración Nacional (PIN).

Los gritos iban dirigidos a quien se podría decir que es un viejo contrincante de Castro: el también penalista Federico Campos Calderón, quien en este proceso representa ad honorem a la estudiante de la Universidad de Costa Rica (UCR) Claudia Campos.

El excandidato presidencial Castro querelló a la alumna por delitos contra el honor, pues asegura que ella expresó difamaciones cuando era presentadora del programa Suave un Toque, transmitido en el Canal UCR, en el tiempo de la campaña electoral.

Le reprocha frases como: “Castro está más que embarrado con los partidos que por décadas han desmantelado a este país”, “Causó más que polémica por su autoritarismo”, “… casi hace un golpe de Estado en 1995”, “ayudó a su suegro a huir del país”, “Votar por Juan Diego Castro es hacer presidente a un tipo mentiroso, manipulador, vengativo, populista, de derecha que traficaba armas bajo secreto de Estado”, según dice la querella.

Castro también demandó al director del canal, Marlon Mora, y a la Universidad de Costa Rica.

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Además de la estudiante, fueron demandados el director de Canal UCR, Marlon Mora, y la misma UCR. (Foto: Hulda Miranda).

El juicio comenzó ayer, con la lectura de la querella y una declaración de Castro que concluyó hasta este jueves poco antes del mediodía. Luego de rendir su testimonio, pidió además representarse a sí mismo, en lugar de Raquel Castellón, quien hasta ese momento era una de sus abogadas.

Según lo previsto, correspondía escuchar a los testigos, pero entonces el abogado de la parte contraria, Federico Campos, pidió la palabra y se quejó ante el Tribunal. Dijo estar viviendo una situación de acoso que incluía manifestaciones frente a su bufete, con pancartas que contenían información falsa y tergiversada sobre él y la estudiante. También volantes de contenido similar que se repartieron en varios lugares, incluso en el vecindario en que vive la querellada.

Los jueces escucharon por varios minutos la queja de Campos, quien cada vez se mostraba más compungido pues mencionó que le preocupaba que esto afectara a su familia. En cierto momento, su mirada ya no se dirigió a los jueces, sino a Castro: “¿Por qué incurre en formas sucias que son extraprocesales? Peleemos en el juicio limpio, no como usted lo está haciendo”, le dijo.

El abogado defensor aseguró que la situación estaba afectando su concentración y por lo tanto el derecho de defensa de la demandada.

El abogado representante de la UCR, Erick Gatgens, sugirió al Tribunal suspender temporalmente el debate. El Tribunal escuchaba y entonces le correspondió la palabra a Juan Diego Castro. El tono subió.

“Hoy llora Federico Campos. Yo estuve con cáncer en un hospital por todas las mentiras que él dijo en un juicio, sabiendo que es falso, que yo había empujado a mamá y que el único infeliz que la había visto ahí y que la había sostenido fue (Antonio) Álvarez Desanti”, exclamó en relación a una época en la que Campos representó a la madre de Castro, Carmen Fernández Robles, en una denuncia por agresión que ella interpuso contra su hijo.

“El que estuvo con cáncer fui yo porque usted y el maldito de mi hermano me quemaron la vida públicamente, acusándome ocho veces falsamente de agresión doméstica, porque ese perro mi hermano quería quitarme el 10% de mi herencia y usted le ayudó, Federico”, seguía Castro mientras subía cada vez más la voz. Hizo referencia a que en algún momento él fue defensor de una exesposa de Campos y, aunque no dio detalles, quedó claro que eran viejos conocidos y contrincantes.

Lo último que se oyó antes de que el Tribunal le exigiera detenerse ya eran gritos de Castro hacia el abogado Federico Campos: “No tengo nada que ver con las manifestaciones, es un montaje suyo. Estoy harto de que usted me persiga y no se lo permito, y no le pego un tiro porque yo creo en Dios, pendejo”, gritó furioso el abogado Castro antes de que el Tribunal le interrumpiera y llamara a los oficiales de seguridad.

Castro salió. En su representación quedó el abogado de su bufete Jorge Antonio Rodríguez, quien reconoció que entre los penalistas Castro y Campos hay roces de vieja data, pero dijo que este último les perseguía.

El Tribunal deliberó si era necesario aplicar el proceso disciplinario a Castro y finalmente mandó a decirle que le hacían una advertencia: le disculparían por esta vez, pero si ocurría nuevamente le quitarían la posibilidad de representarse a sí mismo en este proceso.

Para calmar los ánimos se ordenó una suspensión y reanudar el juicio el lunes. El periodista y exdirector del Semanario Universidad, Carlos Morales, era el testigo de la parte querellante que estaba listo para declarar. Deberá regresar el lunes para dar su testimonio bajo la fe de juramento, como es obligatorio en estos procesos.

 

 

 

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