En resumen: Información desacreditada sostenía que el nuevo coronavirus tiene «inserciones»del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). Esta característica probaría que el virus fue creado artificialmente por el ser humano, según afirmaron falsamente publicaciones que replicaron la información.
El origen del dato fue un manuscrito compartido en la plataforma bioRXiV el 2 de febrero anterior. Sin embargo, dicho documento carecía de la revisión de pares y fue retirado por sus autores después de recibir numerosas críticas de personas expertas.
La información desacreditada fue replicada miles de veces en Facebook, así como en publicaciones de Infowars, una plataforma conocida por esparcir desinformación.
¿Qué decía el análisis?
Los autores de ese análisis afirmaron que el SARS-CoV2 tiene cuatro inserciones en la glicoproteína de la espiga del coronavirus que “tienen similitud con los residuos de aminoácidos en estructuras de proteínas clave del VIH, [lo cual] es improbable que sea fortuito”.
Básicamente, la glicoproteína de la espiga forma estructuras en la superficie del coronavirus que median la unión, la fusión de membranas y la entrada en la célula huésped, detalló a Doble Check Warner Alpízar, subdirector del Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (CIEMIC) y profesor de Bioquímica de la UCR.
«Al igual que otros coronavirus, las partículas SARS-CoV-2 son esféricas y tienen unas proteínas en forma de hongo llamadas espigas, que sobresalen en la superficie, dando al virus una apariencia de corona. Las proteínas tipo espiga se unen a las células humanas, y son estas las que permiten que el virus ingrese», detalló Alpízar con base en una investigación publicada por la revista científica Science.
¿En qué falló ese estudio?
Los autores de ese análisis fallaron al verificar la similitud de esas cuatro inserciones con las secuencias de proteínas de otros organismos además del VIH. Así lo explicó el investigador Aaron Irving al proyecto estadounidense de verificación, Health Feedback. Irving es un investigador de virología de la escuela médica Duke-NUS en Singapur, institución que ha examinado el coronavirus del 2019.
“Resultó que la región también es homóloga a muchas secuencias no relacionadas. Así, las conclusiones extraídas de los datos ya no son válidas y hay muchas preguntas abiertas sobre la zona subrayada”, explicó Irving Health Feedback.
Con base en los cuestionamientos al manuscrito, ese proyecto especializado en la verificación de temas de salud —y que forma parte de la Red Internacional de Fact-Checking (IFCN) del instituto Poynter de Periodismo— concluyó que la comparación entre el coronavirus y el VIH se basó en secuencias de proteínas extremadamente cortas, que es una práctica proclive a dar falsos positivos.
Por otro lado, la OMS aclaró a Doble Check que “no hay evidencia científica suficiente que confirme que la posibilidad de encontrar simplemente por el azar estas secuencias de VIH en un coronavirus sea cero”.
La viróloga del Centro de Investigaciones en Enfermedades Tropicales (CIET) de la UCR, Eugenia Corrales-Aguilar, también apoyó esta evaluación.
“Los coronavirus y el VIH son ambos virus tipo ARN; tendrán ciertas similitudes. Es como decir que los seres humanos y los roedores somos lo mismo o parecidos porque compartimos el 97.5% de nuestro ADN, ya que los dos tenemos la información genética como ADN”, dijo Corrales-Aguilar.
El virus
Un nuevo coronavirus fue identificado en la ciudad de Wuhan, en China, el año pasado. El coronavirus fue nombrado como SARS-CoV-2. La enfermedad ocasionada por este se llama COVID-19. Desde entonces, la desinformación sobre ese nuevo brote también se ha propagado en redes sociales.
Al 27 de febrero, la OMS había reportado 86.652 personas enfermas de COVID-19 y más de 2.800 muertes a escala global, cuya gran mayoría está en China. Puede seguir los reportes diarios de la OMS en este enlace.