Sí hay récord de diplomáticos liderando embajadas, pero este gobierno no los nombró a todos

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David Bolaños
- doblecheck@ucr.ac.cr
En resumen: La administración Alvarado Quesada sí es la que tiene más diplomáticos de carrera nombrados desde el 2002, aunque no todos han sido nombrados de mano propia, como lo afirmó la canciller y vicepresidenta Epsy Campbell.
La funcionaria dijo ante los diputados que “nunca en la historia se han nombrado tantos diplomáticos de carrera como en esta administración”. Lo cierto es que este gobierno ha nombrado a 16, pero el récord se alcanza con nueve adicionales que se mantienen de la administración Solís Rivera.
La funcionaria lanzó el dato como una defensa ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa el 25 de octubre. Varios diputados de oposición habían denunciado el nombramiento de jerarcas de la administración Solís Rivera como pago a favores políticos. Es decir, hubo denuncias de clientelismo y de “piñata” con las embajadas.
La funcionaria sacó la carta de sus números para argumentar que una minoría de nombramientos en embajadas han sido de carácter político y que, más bien, están siendo ocupados en su mayoría por gente que ha hecho carrera en el Servicio Exterior.

Una aclaración que ojalá fuera más corta

¿Por qué interesa el tema de cuál es el tipo y el número de nombramientos en el Servicio Exterior? ¿Por qué a Campbell le interesa hacer las distinciones en medio de fuego cruzado?
Hay dos tipos de embajadores y jefes de misión en el extranjero: aquellos que han hecho carrera en el Servicio Exterior y aquellos que son nombrados a dedo por el Ejecutivo, o sea, políticos.
Existe la denuncia recurrente de que los gobiernos usan los nombramientos políticos en las embajadas como premios a sus piezas leales, en detrimento de funcionarios que han hecho una carrera en diplomacia.
Según el Estatuto de Servicio Exterior, para aspirar a ser un diplomático de carrera se deben cumplir una serie de requisitos de estudio, exámenes, entrevistas, entre muchos otros. La carrera es muy jerárquica. El primer paso es ocupar el puesto de agregado y, desde ahí, hay cinco pasos más para ascender hasta el último: embajador.
La otra opción para convertirse en líder de una misión es que el nombramiento sea político, para lo cual se necesita la venia del Consejo de Gobierno. Es decir, es a dedo, aunque también tienen que cumplir una serie de requisitos impuestos por Cancillería.
Un dato necesario para entender la distribución de cargos entre embajadores políticos y de carrera es que hay más de 50 misiones de Costa Rica en el extranjero, pero hoy solo hay 22 diplomáticos de carrera que han alcanzado el rango de embajador. Entonces, bueno, hay que usar el dedo .

¿Cómo están los números en los últimos gobiernos?

Según datos de la Dirección de Servicio Exterior solicitados para este chequeo, la administración Chinchilla Miranda fue la que, de mano propia, hizo más nombramientos de diplomáticos de carrera a lo largo de sus cuatro años, con un total de 19. Sin embargo, solo se nombraron 16 personas porque varios nombramientos solo implicaron el traslado de dos funcionarios a distintas embajadas.
La de Luis Guillermo Solís fue la que nombró menos, con 10. La administración Alvarado Quesada suma 16 en los meses que ha estado en el poder.
Es decir, si tomamos literalmente las palabras de Campbell, bajo su mandato solo se ha empatado el número alcanzado a lo largo de la administración Chinchilla.
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Ok, pero, ¿cómo es que esta administración sí tiene el récord de tener la mayor cantidad de diplomáticos de carrera como embajadores y jefes de misión? Porque no despidió a nueve diplomáticos nombrados durante la administración Solís Rivera.
Campbell dijo que, a diferencia del gobierno actual…

“…la práctica histórica de las administraciones anteriores es que cuando se llega a la administración se despiden todos los embajadores y se nombran todos de una sola vez, en general, embajadores políticos”.

Esta afirmación tiene respaldo. Las administraciones de Pacheco, Arias y Chinchilla no mantuvieron a ningún diplomático de carrera cuando llegaron al gobierno. La de Solís mantuvo a tres.

¿De dónde nace la controversia?

Las afirmaciones de Campbell fueron dadas como un descargo de la canciller ante la Comisión de Ingreso y Gasto Público de la Asamblea Legislativa el 25 de octubre pasado. Toda la comparecencia versó sobre críticas a distintos nombramientos: de sus asesoras, de funcionarios de Cancillería y de distintos embajadores.
El aspecto cuantitativo de su gestión fue una de las cartas usadas por la canciller en una comparecencia que, más bien, trató de los rasgos cualitativos de sus nombramientos. Los diputados le reclamaron a Campbell los nombramientos de exministros como Emilio Arias (Guatemala), Sergio Alfaro (Bélgica), Ana Helena Chacón (España) Mauricio Herrera (Honduras) y Sonia Marta Mora (España). “Ustedes trasladaron la planilla de ministros a embajadores”, le dijo la diputada liberacionista Yorlenny León en la comparecencia.
Después de su comparecencia, la Fiscalía General de la República abrió una investigación sobre los presuntos nombramientos irregulares, tanto en el Ministerio de Relaciones Exteriores como en el Servicio Exterior.
La canciller se defendió diciendo que todos los exministros tienen las calificaciones apropiadas y que, a fin de cuentas, la responsabilidad de nombrarlos fue del Consejo de Gobierno, no de ella. Igual fue pararrayos .
La controversia encuentra un eco relativamente reciente cuando, en el 2011, el Congreso llamó a comparecer al entonces canciller René Castro. A la administración Chinchilla se le cuestionó el nombramiento en Cancillería de varias decenas de personas que trabajaron en la campaña política anterior con el Partido Liberación Nacional. Para entonces, el Partido Acción Ciudadana fue uno de los principales críticos del entonces partido oficialista.
Nota del redactor: Para hacer el cálculo no tomamos en cuenta los nombramientos como embajadores concurrentes. Por ejemplo, la misma persona se encarga de las relaciones en Malta, Vaticano y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, así que se cuenta como un solo nombramiento.
Asimismo, sí se cuantificó cuando hubo cambios de mando en las sedes diplomáticas. De esta manera, una sola sede puede tener varios nombramientos a lo largo de un gobierno, ya sea de diplomáticos de carrera o de nombramientos políticos.
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